miércoles, 10 de marzo de 2010

Hay que adaptarse

O al menos es lo que le decía Clint Eastwood a su pelotón en aquella peli pseudo fascistoide que se llamaba “el sargento de hierro” donde este sargento batía el record mundial de tacos por frase. En esta peli, el colega se quejaba a su General de División por la “hijoputada” que suponía el no disponer del material necesario a tiempo para la invasión que iban a iniciar. A él le funcionó y le proporcionaron todo tipo de juguetitos de guerra para una nueva hazaña bélica de los americanos en el “territorio hostil” de la isla de Granada…cualquier cosa. Pero por desgracia no siempre es así y el glorioso cuerpo de los marines de los EEUU, al igual que nosotros tenemos que adaptarnos e improvisar en más de una ocasión para poder “vencer” muchas de las historias diarias.

Verbigracia:

El caos de tráfico sevillano y metropolitano que a diario cambia de sitio y de hora, aunque tiene querencia por mi camino habitual hacia el curro, el jodío.

Nuestros políticos, aunque en este caso dudo sobre si realmente improvisan, experimentan o directamente le quitan la anilla a la granada, cierran la puerta y a correr como los cobardes.
Los mecánicos de coches, a estos les da por realizar una mezcla diabólica entre improvisar y ganar tiempo. Esto último lo hacen cojonudamente bien, sólo hay que levantar el capó de tu coche, escorarse hacia la derecha, luego hacia la izquierda, mover un par de cables, inclinarse hasta casi tocar el bloque motor con cara de interés y exclamar con sorpresa…”pero quién le ha tocado a usted aquí antes, por Dios”, mientras se limpian las manos con un trapo más sucio que el suelo del taller. La jodimos tío Avelino, vé preparando la cartera y por supuesto ni se te ocurra preguntar cuándo va a estar lista la reparación. Ahora al que le toca improvisar es a ti.
Pues sí herman@s, como dice el sargento, hay que adaptarse, hay que improvisar, hay que tirar palante pero desde luego no puedo negar que hay cosas para las que no estoy preparado y muestro una especial torpeza mientras me adapto.
Verbigracia (está tela de guapa la palabra):
Mi hija mayor se ha sacado el carnet de conducir. No puedo evitar pisar instintivamente el suelo del coche cuando voy de acompañante, como si tuviera unos pedales fantasmas que frenaran o aceleraran el coche.
Lloverá para siempre? No acabo de adaptarme a la lluvia y sigo manteniendo que el cambio climático es el camelo del siglo pero que da de comer a cantidad de personas, consultores y profesionales de las conferencias incluidos. Recordáis el inicio de Blade Runner cuando un dubitativo Deckard come unos fideos chinos en un tenderete en las calles de Los Angeles bajo una interminable lluvia? Siempre lloviendo, esa estética oscura de cielo gris, de tejados que chorrean sin parar, la escena final en el borde de la azotea del edificio…con la puñetera lluvia que no para. Que sí que muy bien pero que pare ya.
Lo unico de cierto del “cambio climático” es que no hay transición entre las estaciones. Estoy seguro que un día dejará de llover y de hacer frío y al día siguiente estaremos con la calufa castigadora sin período de adaptación, por mucho que diga el marine. Eso querrá decir que ha llegado la época de la caidita del abrigo y eso por este bendito sur es un acontecimiento para el que no tengo que adaptarme.
Un saludo patós desde este puto paraguas que me cobija.