Nunca me ha tocado nada. Miento, cuando estaba en cuarto curso de EGB sortearon tres albumes maga de estampas sobre naturaleza animal y botánica entre cinco compañeros que habíamos hecho el mejor trabajo de la clase (siempre me ha gustado codearme con los mejores, no se si ellos comparten el mismo sentimiento hacia mi). Lógicamente las posibilidades de que me tocara alguno eran bastante altas. Me hizo mucha ilusión aquel album cuya interminable colección quedó incompleta para siempre.
Y ahí acabó mi suerte en los sorteos. Mi salud hasta la fecha, tocaré madera, aguanta medio decente a pesar del tiempo, es decir, celebramos año tras año por estas fechas, el día de la salud. Un compañero de trabajo tenía la teoría, a la que yo me sumo, de que las escenas de los informativos del día 22 de diciembre en los que aparecen los “agraciados” de la lotería estaban rodadas en un estudio de Madrid junto al que hacen la serie “cuéntame” y que los premiados eran actores desconocidos. Es más alguno ha salido en anuncios a los que nadie presta atención, como el de hemoal, o como figurante en Hospital Central, haciendo de enfermo borracho del rincón alicatado de la entrada de urgencias. En fin, teorías, teorías que ni por esa consuelan la bajona del día del sorteo por la tarde.
La lotería de navidad, pues como ese pastel de la vitrina, con esos brillos, esas frutas que parecen dibujadas, esa nata resbalando por los bordes entre trozos de chocolate fondant…mientras no te lo comas, conservarás la ilusión de su sabor, de su olor, de su textura. Cuando te lo has cepillado,…joder creo que no me ha sentado muy bien, igual no debería haberme comido ese otro, y encima lo que me ha costado en esta pastelería, ahora ya nadie quiere más, qué hago con lo que ha sobrado.
Lo mismo, lo mismo. Antes del sorteo, ya me había quitado la hipoteca, había cambiado de coche por otro menos práctico y consumo brutal, tenía sacada las entradas para el concierto de año nuevo de Viena y estaba esperando a tener el nuevo coche para pegarme un viajecito por la costa y la sierra para cerrar la compra de mi nueva casa de vacaciones.
Después del sorteo, después del sorteo, no passssa nada. El pibón me seguirá queriendo igual, espero. Continuaremos con el entretenimiento de gestionar los números rojos de una cuenta bancaria, que es todo un arte y del que estoy seguro acabará sacándose un videojuego en todas las plataformas. Y total un mini cooper con el techo y los retrovisores de cuadritos blanco y negro, no te da más que problemas, arañazos, taller, un lío. Dónde va a estar uno más a gusto que en su propia casa… Total, que me he quitado de un montón de problemas y de quebraderos de cabeza.
En mi oficina, los viernes me agencio lo que he denominado la revista del entacado y que no es más que el suplemento del diario Expansión, llamado “Fuera de serie”. Entre las principales noticias del último número comentaban que Mercedes, una vez finalizada su alianza con McLaren, lanzaba su primer deportivo en solitario. El nuevo SLS AMG, alas de gaviota al precio de 177.310.-leurazos. Otro problema menos para mí.
Si es que no veo más que ventajas en esto de que en el sorteo de navidad de este año me haya tocado lo de siempre. Un güenna, aderezado con ajo, agua y resina.
Y encima Gibraltar sigue siendo de los bucaneros ingleses.