sábado, 27 de febrero de 2010

El hombre y el medio. El puto cambio climático o cuando coone va a dejar de llover

Es innegable la relación del hombre con el medio, con lo que le rodea y desde luego con el clima de donde vive. Mi amigo Jero, gozador profesional de la vida en todas sus facetas, tiene una peña de amigos, la peña de los pachanga que se reune de vez en cuando básicamente para lo que podríamos denominar como cachondeo puro y duro. En fin, la última vez que coincidí con él con una raqueta en la mano (el mejor deporte para descargar la presión, después del brikindance), me contaba que en la última reunión de los pachanga la tristeza reinaba en las caras de sus colegas, la depresión por el mal tiempo que tenemos desde hace tres meses estaba haciendo mella sin duda en ellos. De hecho, barajaban la posibilidad de apuntarse a un curso de gallego y cambiar las cañitas por una queimada. La ruina total, hermanos.
En el sur no sabemos vivir con este tiempo. La piel coge color bombilla, no hay sol. Hoy me he encontrado con algunos amigos en una reunión para inaugurar (como no puede ser de otra manera), la nueva temporada del bar del club de mi barrio. Pa qué nos vamos a reunir si no es para comer o beber.
En definitiva, con todo el que te encontrabas, "dónde te has metido", "cuánto tiempo sin vernos", "¿has salido con la bici ultimamente?". Señores, dónde voy a estar... pues refugiado, resguardado, a cubierto, al pairo, al socaire, bajo techo, lo que se dice escondido del mal tiempo. Bicicleta?, la última vez que me atreví, hace como tres semanas, volví que parecía un muñecolate del barro que pillé en menos de dos horas. Mi coche es el único que agradece esta lluvia, es de las pocas oportunidades que tiene para mostrar su inmaculado color blanco.
Ayer dió una tregua el tiempo por la tarde y me encajé con el pibón y mi hija Cristi en Triana para ver al nazareno de la O pasear por el barrio en su via crucis. El aroma a incienso me repuso las baterías. Bueno eso y unas berenjenas con salmorejo en Casa Cuesta en la calle Castilla y una bravas con una cañita en la calle Alfarería. Como dice el pibón, ahora hay que sacar a los santos para que deje de llover. Paradojas de la vida.
Un saludo patós, a ver si escampa de una puñetera vez hasta el año que viene por lo menos y...no te olvides de Haití.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Mens sana in corpore sano? Bueno, no siempre.

Como ya va para casi tres meses que no vemos un sol en condiciones, y este frío parece que se ha quedado a vivir con nosotros por una buena temporada, he decidido azuzar un poco lo que tengo justo en el espacio que está situado entre las cejas y lo que me queda de sabana capilar.

Lo genial de la mente humana, del pensamiento, de lo que tienes entre oreja y oreja y que seguramente sirve para algo más que para el negocio de la peluquería, es la capacidad de generar sentimientos. Sentimientos que te reconfortan, que te teletransportan sin moverte de donde estés y que te llevan a donde te apetezca en cada momento. Hay gente que compra un billete para estos viajes, en cualquier esquina al primer Mr. Tambourine Man que se encuentran pero no son garantía de un feliz retorno, salvo que no tengas mucho interés en volver. Puedes comprar billetes también para estos viajes en la taquilla de un cine, de un teatro, en una librería, en un sofá con unos buenos auriculares acompañados de un movimiento circular de tu mano equipada con un dedito de ron de Castilleja de la Cuesta en copa balón. Es lo mejor de lo mejor. No necesitas mucho, bueno un poco de entrenamiento no viene mal. Y desde luego no encontrarás mejor relación calidad precio en ningún sitio.

Creo que este es el mejor uso que podemos darle a la capacidad de imaginar y de sentir que tenemos, desde luego mientras dure este puto temporal. Porque tengo claro que empiezo a necesitar un poquito de primavera (con la menor cantidad de polen en suspensión posible, por favor). Pero mientras llega y no llega, centrémonos en imaginarla y en desearla. Y la quiero con estas cosas: muchas flores, poco polen, muchas estrellas, pocas nubes, mucha brisa, pocos vendavales, mucho algodón, poco lino, que me pica; muchos amigos en mi terraza, pocos carteros con notificaciones, muchos caminos que pasear con el pibón, pocas carreteras que recorrer en coche y mucho azahar, torrijas, olor a incienso y poca gente, poca luz, poco ruido…y sin correr, con el izquierdo por delante, siempre de frente.

Y ojo a las sorpresas si nos pasamos con ejercitar tanto la mente, que podemos perder el punto de referencia y el contacto con la realidad, aunque a según qué horas, soñar nos diferencia de los seres inertes. Pero lo dicho, ojito con el poder de la mente que mira lo que decía el ABC de ayer: “La artista francesa Sophie Calle, una de las mas destacadas representantes del arte contemporáneo en su país, asegura que ha conseguido aumentar el volumen de sus senos por simple voluntad y sin recurrir a la cirugía estética.”

Vale, vale, el comentario fácil ya lo sabemos pero…y si fuera verdad? Como le dice el culebra al cabessa: “te estoy abriendo una ventana cultural al mundo y tu no haces más que tirarle piedras a los cristales”.

A más ver herman@s, ya queda menos para que la primera esté en Campana y por supuesto, no te olvides de Haití, que dentro de mes y medio llegan las lluvias a la isla y hay mucho por hacer.

martes, 16 de febrero de 2010

Aclararse con Haití

De momento he puesto un tarro vacío de tomate frito, junto a la tele de la cocina con una pegatina motivante..."ráscate el bolsillo colega", "hay que llenar el tarro", etc. Empecé el día 1, ya está por la mitad. El día 28 con lo que haya, haremos la donación. Recojo la sugerencia y la pasta la mandaremos a la cruz roja, claro que creo que tengo que dar una vuelta más de tuerca a los donantes potenciales que pululan por la cocina de mi casa. Estoy detectando un aumento sospechoso de monedas color cobre en detrimento de las doradas o bicolores, sin hablar del papel moneda que de momento brilla por su ausencia.
Una sugerencia y recomendación para todo el que quiera conocer de verdad sin titulares y sin portadas de informativos el día a día de Haití desde el terremoto: el blog de Fran Sevilla en la web de RTVE. Un cuaderno de vitácora de verdad. Os pongo el enlace en los sitios de mi recreo.
Un saludo a toda la peña y "no te olvides de Haití" (Antonio Fraguas "Forges").

jueves, 4 de febrero de 2010

He vuelto y tengo que hablar de Haití.

Ya echaba de menos aporrear el teclado pero quiero dejar claro que lo sigo haciendo por uno de los motivos de mi declaración de intenciones de esta aventura bloguera y que quiero recordar aquí: “la verdadera creencia de que seguro que la mayor utilidad la tiene para el que escribe”.
Necesito esta espita para aliviar la presión, para sobrevivir a los informativos, a las caras de cabreo que ves por la ventanilla del coche cuando vas al curro, a las portadas de la prensa, a los sarcasmos de los tertulianos radiofónicos, a la puñetera nube que lleva instalada en esta bendita tierra del Sur desde principios de diciembre y que no para de chorrear agua y, finalmente, para divertirme joder, a ver si pasan ya las borrascas y podemos volver al campo que ya va siendo hora.

Por algún lado tengo que empezar y son muchas las cosas que quiero contar y los sentimientos que quiero mostrar. Y en este primer post de este año, por orden de entripamiento visceral, no puedo evitar tener que hablar de Haití.

Las campañas institucionales, los grandes gestos, las declaraciones de nuestros mandatarios son muy de agradecer, los aviones cargados de ayuda humanitaria, los cientos y miles de personas que dejan todo para ir a ayudar a los “damnificados del seismo”. Todo sirve, pero este primer mundo, este hemisferio, este mundo rico y despilfarrador que mira para otro lado la mayoría de las veces cuando el segundo o tercer mundo sufre hambre y desesperación, creó el siglo pasado un invento que aparte de servir para mantener funcionarios inútiles, debe liderar y organizar el rescate de este país que ha escenificado lo que algún misionero ha dado en llamar el fin del mundo. Estoy hablando de las naciones unidas, de la onu, que por cierto no se por qué hay que poner con mayúsculas, dicho sea de paso.

La ONU, básicamente tiene que estar para estas situaciones. Hace unos días la viñeta del País de “el roto” representaba a dos supervivientes del terremoto de Haití preguntándose cómo iban a dar de comer a toda la gente que había venido a ayudar. Y tienen más razón que alguno de los santos de nuestras iglesias. Aquí es donde tienen que dar la talla los tecnócratas, los organizadores, los gestores. Esperemos que la cordura ilumine los gobiernos y dejen paso a los que puedan canalizar y hacer llegar las ayudas a todos estos desesperados. Y por favor, queridas televisiones, dejemos de hacer protagonistas de las noticias a los periodistas que transmiten vía satélite desde el escenario de la tragedia y centrémonos en ayudar.

Hagamos como Forges que en su viñeta diaria del Pais siempre pone en una esquinita, “pero no te olvides de Haití”. Seguramente es muy recomendable buscar un poco de cachondeo diario, de risa, aunque sea risa floja pero en medio de todo, guardemos aunque sea un instante para acordarnos del sufrimiento de esta gente.

Y para colaborar, para ayudar, hagámoslo fácil, de forma anónima, hagamos que Haití deje de ser noticia por haber anticipado el fin del mundo y no nos dejemos abrumar por las cifras de miles de muertos, de miles de amputados, de miles de huérfanos, de miles de personas sin hogar, sin futuro. No soy una persona de acción, no me veo con un casco removiendo escombros e intentando sacar gente de entre las ruinas de sus casas, pero pienso que pequeñas inciativas pueden convertirse en algo tangible y que pueden contribuir a cambiar la triste realidad de los que unicamente han conservado su vida. En un próximo post contaré con más detalle mi pequeña e insignificante contribución que voy a poner en marcha y que confío en que sirva para algo.

Prometo que mi próximo post será más divertido. “Pero no te olvides de Haití”.