miércoles, 17 de febrero de 2010

Mens sana in corpore sano? Bueno, no siempre.

Como ya va para casi tres meses que no vemos un sol en condiciones, y este frío parece que se ha quedado a vivir con nosotros por una buena temporada, he decidido azuzar un poco lo que tengo justo en el espacio que está situado entre las cejas y lo que me queda de sabana capilar.

Lo genial de la mente humana, del pensamiento, de lo que tienes entre oreja y oreja y que seguramente sirve para algo más que para el negocio de la peluquería, es la capacidad de generar sentimientos. Sentimientos que te reconfortan, que te teletransportan sin moverte de donde estés y que te llevan a donde te apetezca en cada momento. Hay gente que compra un billete para estos viajes, en cualquier esquina al primer Mr. Tambourine Man que se encuentran pero no son garantía de un feliz retorno, salvo que no tengas mucho interés en volver. Puedes comprar billetes también para estos viajes en la taquilla de un cine, de un teatro, en una librería, en un sofá con unos buenos auriculares acompañados de un movimiento circular de tu mano equipada con un dedito de ron de Castilleja de la Cuesta en copa balón. Es lo mejor de lo mejor. No necesitas mucho, bueno un poco de entrenamiento no viene mal. Y desde luego no encontrarás mejor relación calidad precio en ningún sitio.

Creo que este es el mejor uso que podemos darle a la capacidad de imaginar y de sentir que tenemos, desde luego mientras dure este puto temporal. Porque tengo claro que empiezo a necesitar un poquito de primavera (con la menor cantidad de polen en suspensión posible, por favor). Pero mientras llega y no llega, centrémonos en imaginarla y en desearla. Y la quiero con estas cosas: muchas flores, poco polen, muchas estrellas, pocas nubes, mucha brisa, pocos vendavales, mucho algodón, poco lino, que me pica; muchos amigos en mi terraza, pocos carteros con notificaciones, muchos caminos que pasear con el pibón, pocas carreteras que recorrer en coche y mucho azahar, torrijas, olor a incienso y poca gente, poca luz, poco ruido…y sin correr, con el izquierdo por delante, siempre de frente.

Y ojo a las sorpresas si nos pasamos con ejercitar tanto la mente, que podemos perder el punto de referencia y el contacto con la realidad, aunque a según qué horas, soñar nos diferencia de los seres inertes. Pero lo dicho, ojito con el poder de la mente que mira lo que decía el ABC de ayer: “La artista francesa Sophie Calle, una de las mas destacadas representantes del arte contemporáneo en su país, asegura que ha conseguido aumentar el volumen de sus senos por simple voluntad y sin recurrir a la cirugía estética.”

Vale, vale, el comentario fácil ya lo sabemos pero…y si fuera verdad? Como le dice el culebra al cabessa: “te estoy abriendo una ventana cultural al mundo y tu no haces más que tirarle piedras a los cristales”.

A más ver herman@s, ya queda menos para que la primera esté en Campana y por supuesto, no te olvides de Haití, que dentro de mes y medio llegan las lluvias a la isla y hay mucho por hacer.

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