martes, 29 de septiembre de 2009

Volvemos a las andadas

Recuerdo que en un episodio de una de mis series de la tele favoritas, el ala oeste de la casa blanca, el Jefe de Personal del Gabinete le decía a un asesor del presidente, “hay dos cosas que la gente nunca debería saber cómo se hacen, una son las salchichas, la otra son las leyes”. Cuánta sabiduría en un par de líneas de un guión.

Los norteamericanos son muy dados a hablar y sentar cátedra o dejar frases para la eternidad. De hecho, creo que los asesores de imagen y los guionistas de cine y televisión son el puto amo en USA.

Impresionantes los discursos de JFK (“no te preguntes…”), de Martin Luther King (“he tenido una visión…”), Mac Cartur en Guadalcanal (“Volveré”, después de haber dejado una duna de cadáveres americanos en la playa), Clinton (“no he tenido ninguna relación con Mónica Levinsky..”). En fin, grandes hombres, grandes frases, grandes discursos, grandes mama…grandes, en una palabra.

Pero ayer, mientras escuchaba la radio en la cocina y cortaba unas tapitas, escuché una que tampoco se quedaba atrás, me estremeció, mucho mejor que lo de la justicia es un cachondeo de Pacheco, mejor que la de “si me queréis, irse” de Lola, pero que mucho mejor. Se me saltaron las lágrimas con ese “nos van a subir el IVA de las chuches”. Me senté y escancié otro vaso de vino. Intenté la combinación del alt-control-supr, pero no funcionó. Lo había oido del lider de la oposición española. Luego diréis que siempre estoy dando caña con el tema de mi desencanto crónico de la clase política, pero es que entre lo de la foto de Mr. Bean con las niñas y el lider de occidente y la perorata demagoga del colega de la barba en el feudo socialista de Dos Hermanas, es para resetearse un poco.

El IVA de las chuches…por favor que vuelvan Pedro Pacheco, la Chicholina, “el que te pego leches”, Jesús Gil y su patético programa en la piscina con las titis. Al menos servían de contraste, de parámetro del esperpento. Me enseñaban al menos a descartar lo que no debo ni siquiera considerar, frente al resto. Pero con este combate mediático entre pseudo progres miembras que nos meten la mano en el bolsillo y los defensores de quien sabe qué, está la cosa que se te acaban los botones del mando para zapear. Me temo lo peor para futuras campañas electorales.

Ultimamente tenemos muchísimos minutos de imágenes de nuestro ínclito presidente que anda metiendo empujones para que nos acepten en el G20 y en cualquier foro que le aleje de la triste realidad diaria de nuestro país. De todas ellas, destaco la impagable imagen de Obama acercándose a estrechar la mano de ZP y diciéndole de lejos con la barbilla levantada a un presidente de cabeza baja y cejas altas, “José Luis, qué pasó?”, en un perfecto castellano, esta vez no de Tejas. Pues bueno, lo podéis imaginar, el ZP con sonrisa de Jocker absolutamente mudo, acercando su barbilla al externón y estrechando la mano del lider de occidente. Joder, que qué paso? Que volvemos a las andadas, que se nos hace el culo pepsicola con los mandatarios americanos, sean demócratas o republicanos. Que nos pasan la mano por el hombro y ya estamos otra vez en la foto equivocada. Un poco de dignidad señores, que hemos tenido el imperio más grande de la historia. Que qué pasó? Otro día te lo cuento, hermano. Vivan los tercios de Flandes.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Urgar, sentir.

A lo largo del tiempo, asoman la cabeza entre la multitud ciertas personas dotadas por la divinidad de un don especial. En muchas ocasiones ese don eclipsa el resto de su persona, algunos aprenden y llegan a saber convivir con él y creo que otros son incluso víctimas de él. Seguramente el que la vida te haya favorecido con un don, tarde o temprano acaba pasándote factura, si no estás atento.

Tenemos la tendencia a confundir el don con la persona o la persona con el don, tanto da que da lo mismo, sin reparar en saber o conocer algo del resto, de escarbar un poco bajo la superficie. Claro que igual nos importa un pimiento, nos da igual esta o aquella miseria, propia de la basura televisiva tipo Belén Esteban, Jorge Javier, Cantizano, Patiño, Carmele o Mariñas. A nosotros lo que nos toca la fibra es su don, su arte, su obra. Realmente, a quién le interesa que Janis Joplin se metiera por cualquier orificio humano posible cualquier cosa que le colocara o que fuera una jipi de limusina. Con lo que me quedo es con esa voz cortada de blues estirando el estribillo de summertime hasta doler.

Importa algo que el queso de Cabrales huela a desecho humano? Importa el sabor. Importa que tus amigos se pulan la cazuela de almejas? lo que importa es mojar en la salsa. Somos capaces de soportar el olor, el dolor de la ausencia en pos de lo que nos interesa en cada momento.

Pues señores, si somos capaces de zarpar con nuestra flota de pan de Alcalá y cruzar la cazuela con éxito, busquemos la esencia. Miremos por debajo, miremos por encima del monitor, analicemos si nos provoca algo en la piel. Es fácil, piel de gallina o sarpullido. Placer o grima. Arrastrémonos a través de las letras hasta alcanzar los dedos que pulsaban el teclado y tiremos, a ver qué pasa.

Después decidiremos si es importante o es superfluo, si nos enriquece o desilusiona, como los michelines de Miguel Bosé o la afición por la infancia de Michael Jackson. A mí que Janis Joplin, Hendrix o los Stones, se peguen o se hayan pegado la vida o mala vida que quieran, francamente me la trae al pairo, si se me siguen poniendo los bellos de punta cuando oigo los acordes de Wild Horses o cualquier flipe sonoro de estos magos. Pero también es cierto que ahora que me toca transmitir a mis hijos opiniones cuando me preguntan, y vaya lujo señores que te pregunten por algo, intento no ocultarles también el walk on the wild side, el paseo por el lado salvaje, de estos genios, como diría Lou Reed. Después que valoren. Quizá dejo entrever el miedo que me da de que puedan ser atraidos por el lado oscuro de la fuerza. Pero hasta para esto hay que entrenarlos.

Una curiosidad para terminar. Leonard Cohen compuso una canción dedicada a Janis Joplin después de pasar una noche juntos en el legendario Chelsea Hotel de New York, en la que entre otras lindezas le decía lo siguiente:

“Ya eras famosa, tu corazón era una leyenda. Volviste a decirme que preferías hombres bien parecidos pero que por mí harías una excepción…Te recuerdo claramente en el hotel Chelsea. Eso es todo, no pienso en tí muy a menudo.”
Por cierto, mi colega Jorge Martín canta una versión de este tema en plan acústico que voy a intentar colgar para que lo flipéis. Hasta más ver herman@s.

lunes, 21 de septiembre de 2009

El 20 S

Como ya se veía venir, al olor de los pucheros del pibón y de una mesa bien puesta acudieron mis compañeros de fatiga para pegarnos la cenorra prometida. El tema de hoy lo voy a dedicar a relatar este pasado finde, que mancantao (habréis notado el uso de sonopalabras, término con el que he bautizado este vicio mío de escribir algunas cosas tal y como a mi me suenan y que en lingüística pura tendrá un nombre para recordar sólo en los exámenes escritos). Dicho esto, contaros que el pasado viernes, fiesta para el pibón y vacaciones para este juntaletras, nos pegamos una escapadita a la plaza de abastos de Isla Cristina.

Los mercados de los puertos de mar, siempre me han parecido como un campo de batalla donde nunca se hacen prisioneros. De batalla de peli de romanos y bárbaros, de lanza y espada. Vas por un callejón y del puesto de la esquina sobresale una cola de un metro de lo que parece ser un atún. Giras y la mirada vacía de un pez espada con el espadón amputado de raíz que observa a un grupo de melvas apiladas unas junto a las otras, mientras le guiñan el ojo a dos salmonetes cabezones, asombrados de cómo un pez tan feo como el rape puede ser tan caro y apreciado. En el cajón de la esquina las gambas y langostinos ríen, mientras las coquinas y las almejas compiten por ver quién tira más lejos el chorro de agua.

Pues en este festival de los mares de Huelva nos agenciamos un buen morrillo de atún y un variadito de gamba fresca y langostino y unas almejitas. A la neverita del buga y rumbo a Portugal. Paradita en Vilareal do Santo Antonio para hacer unas compritas en una tienda de decoración que desde aquí recomiendo (Caravela) y agenciarnos unos pasteis de Belén y unas bolinhas para que meriende la tropa que habíamos dejado en casa. Continuamos hasta Altura, donde dimos cuenta de un expléndido arroz con marisco en “O Infante”, para antes de regresar tomarnos un cafelito en la playa de Punta del Moral con los pies en la arena.

Para la cenita de mi cumple, el pibón convirtió la compra de la plaza del día anterior en una esquisitez de guiso de morrillo de atún encebollado, gambas y langostinos cocidos para pringarse los dedos a base de bien y una cazuela de almejas al estilo gaditano. Se dejó caer esta diosa de la cocina que duerme conmigo con unas delicias de calabacín con gambas gratinadas con queso, empanada de jamón y dátiles, coca de escalibada de verduras con cebolla confitada, queso de Navarra y unas anchoitas que le encargué a una amiga que tiene familia en Santoña, rematando con un postre de higos al moscatel con helado de vainilla.

También soplé la velita de la tarta, como marca la tradición, al menos mientras tenga fuelle para ello. Toda esta maravilla la regamos con:
9 botellines de heineken, coronita y alhambra 1925. 2 botellas de pago de los capellanes (ribera de Duero 2007). 1 botella de vino del Priorat y 2 botellas de cava que trajeron Angus y Mª Luz que paqué.
Y para las copas abrimos un maravilloso brandy reserva que mi compadre me regaló. Panda de cabrones, tuve que dar dos viajes al contenedor de las botellas al día siguiente.
Aparte de esto, Marisa y Jordi me regalaron la nueva novela de Ildefonso Falcones, Mª Luz y Angus un cd de grandes éxitos de Nina Simone que me ayuda a tolerar los atascos mañaneros y un vinilo de la tuna de derecho de Sevilla del 91…inclasificable y que una vez digitalizado convenientemente distribuiré entre esta pandilla. El pibón me regaló un frasco de loewe, para disfrute compartido. Lo que viene siendo azuzar los sentidos. Me río yo del colega del anuncio de los chicles, el de la lluvia de naranjas micronizadas. Esto si que es un despliegue de sensaciones.
Gracias a toda la pandilla de amig@s mamones y mamonas que tengo que vienen a casa por algo más que por la comida y la bebida,…no?
Gracias a mi pibón, por otro año más. Ha quedado un poco mermeladoso pero es que lo que é, é.

Hasta el próximo saco de palabras.

jueves, 17 de septiembre de 2009

El spamto

Bueno, bueno. Parece que ya se va reactivando la cosa tras la vuelta del verano, aunque yo sigo en manguitas de camisa y sin haber trincado aún la primera corbata de curro del otoño, pero no hay que desesperarse que todo llega y, como está el temita, mejor que llegue y que se quede al menos hasta que pase el chaparrón que nos está callendo.
Como iba diciendo, hay detalles que te confirman sin lugar a dudas que ya ha empezado el nuevo curso, aparte de los porrazos de agua que esta semana están cayendo por todas partes, de los atascos, de los acojones pandémicos, del material escolar, de los experimentos sin gaseosa de ZP y su ejército de Pancho Villa y de la biblia en pasta. Lo que me confirma que ya estamos otra vez en solfa es que han vuelto mis amigos matutinos: los correos no deseados, lo que los informáticos de mi empresa denominan “spam” y que yo llamo spamto.
Vienen por oleadas temáticas. Tenemos la oleada sexual en la que intentan colocarme todo tipo de ofertas de cialis, viagra y aparatos para alargarme el pene. Esto último es relativamente frecuente y está empezando a preocuparme. La verdad, nunca me la he medido pero los resultados que te prometen son espectaculares, claro que el método empleado es un poco medieval, por utilizar un término suave.
Luego tenemos la oleada de metida de mano en cartera. Es decir los anuncios de bancos falsos que te piden confirmación de datos bancarios, con logos perfectamente pirateados de tu banco y con un link trampa para dejarte con una mano delante y otra detrás. Lo mismo tendría que hacer como mi amigo Eduardo que cada vez que recibe un correo de este tipo se lo reenvía a una dirección de la guardia civil añadiéndoles cristalinas expresiones, muy suyas, al estilo de, “ya están otra vez estos hijos de puta intentando robarme”.
Y finalmente, tenemos el “spamto” telefónico. Ese que te llama justo cuando estás comiendo, durmiendo la siesta, cuando está sonando el himno de la champions, cuando estás a punto de salir, cuando te suena el móvil y es tu pibón, en fin, justo en el momento más inoportuno. Además, he notado que se han vuelto más agresivos. Te suben el tono y se sorprenden cuando les dices: no me interesa. A lo que te responden, “me está diciendo que no le interesa que le regalemos un seguro de accidentes durante dos meses?”.
Efectívamente, no me interesa nada que alguien me intente vender porque cree, en su ignorancia más absoluta, que necesito algo que consumir cada dos minutos y mucho menos con este tipo de fullerías con las que pillan a más de un incaut@ y que vienen de compañías con menos escrúpulos que una alimaña. No me interesa nada “gratis” ni un adsl más barato ni una visa nueva ni otro préstamo ni la madre que los parió. Parece que estamos volviendo a los tiempos de la publicidad salvaje que presuponía que el consumidor era memo por naturaleza. Como el experimento de Coca Cola, cuando insertaban un fotograma entre los de una película para crearte esa especie de necesidad inconsciente de consumir una marca.
Con lo que me gusta la buena publicidad. A la mierda el márketing delicuente, viva el boca a boca que eso sí que funciona bien y a la larga fideliza más.

Creo que por hoy ya he largado bastante, así que vuelvo a enfundar la vara vitual de endiñar hasta otro día. Un saludo patós.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Mi visión sobre la política

Recuerdo cuando niño a mi padre poniendo a parir a todos los ministros que salían en la tele con esa oratoria de altibajos de volumen y gestos con la mano, para poder captar la atención de los espectadores. Siempre pensé que era un poco su válvula de escape para relajarse después de una jornada de curro, de una bronca familiar o, simplemente por deporte. Eso si, deporte no olímpico y del que no había ni federación ni escuela municipal que lo enseñara. En este asunto creo que los españoles hemos sido históricamente bastante autodidactas.

En mi adolescencia gané el campeonato de adolecer de sentido común y me aboné a las camisas militares por fuera del vaquero roído y a las chapas de las juventudes socialistas, la joven guardia roja, la liga comunista revolucionaria y la bandera republicana. Esto último tocaba especialmente las pelotas de algunos compañeros de clase de los Salesianos de Triana pero curiosamente gustaba a mi profesor de sociales. Seguramente de él saqué mi afición por la historia y un notable de nota final en bachiller. Tengo que decir que lo mejor de la Joven Guardia Roja era su secretaria general, una mujer guapísima llamada Pina López Gay, responsable yo creo de la masiva afiliación masculina a semejante formación política. Después pasó lo que pasa siempre, la fichó el partido en el gobierno y le dio un cargo de Secretaria de Cooperación con Iberoamérica y ahí se acabó su historia revolucionaria y la de la Joven Guardia Roja.

Hasta que llegó la hora de votar. Yo lo flipaba, me encantaban los mítines, las caravanas electorales, los carteles, las banderas, pegatinas, gorras, y lo que más, los conciertos que se organizaban (Tabletom, Triana, Veneno, concursos de nuevos grupos,…). Lo del discurso político, los programas electorales, el puedo prometer y prometo, la verdad me interesaba poco.
Pero si había algo que me ponía de verdad era lo del “Otan no, bases fuera”. No hacía mucho que la guerra de Vietnam había acabado y me empapé todas las pelis que pude sobre el tema (El cazador, Apocalipsis Now, la Chaqueta metálica, Good Morning Vietnam, los Campos del Silencio, entre otras). Camisetas del Ché, conciertos de Kilapayún, Pablo Milanés, Solidaridad con Chile, Nicaragua, libertad para el pueblo saharagüi, Palestina. Dejé de beber Coca Cola, aún hoy ni la pruebo; hamburguesas? Puag, por favor, viva el pepito de lomo. En fin, en medio de esta cruzada antiimperialista, al bueno de Felipe González le da por apoyar la permanencia de España en la OTAN. Pues sabes qué te digo, que hasta luego Lucas. Voté NO y ahí acabó mi paso por los colegios electorales.

Es evidente que el tiempo ha pasado, y se supone que he evolucionado (esto habría que contrastarlo). Pero hay algo que sigue igual de clavado en el mismo sitio: mi desconfianza absoluta hacia la clase política. Si que es verdad que se ha ido enriqueciendo el saco de motivos y argumentos que sustentan esta posición personal y he llegado incluso a descojonarme de algunos de los motivos, pero hay determinadas situaciones que hacen que mi mofa tenga visos de tristeza y me haga pensar que poca solución tiene el sistema. Como muestra, un botón y con esto ya termino la sesión de hoy de batallitas. Esto viene en la prensa de hoy:
Un diputado californiano se ha visto obligado a dimitir después de la difusión a través de internet de un vídeo en el que cuenta sus aventuras extraconyugales, en pleno debate parlamentario. El republicano Mike Duvall, que ignoraba que su micrófono estaba abierto, se dedicó a relatar sus confidencias íntimas a su vecino de escaño y a confesar los gustos de sus amantes por los azotes.Y Duvall prosigue con su relato, completamente ajeno a que sus comentarios se estaban escuchando y que tenía el micrófono abierto: "Me gusta darle. Ella me dice: 'Sé que te gusta azotarme'. Y yo le digo: Sí porque eres muy mala".

Como dice ese anuncio de Aquarius que me gusta tanto: “el ser humano es extraordinario”.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Mi cumple

No creo en la vejez. Es un estado de la mente (Mick Jagger). El poder de la mente sobre la materia (Cocodrilo Dundee). Me retiraré como Mudy Waters, cuando caiga muerto (Keith Richards).

Se acerca mi cumpleaños.Pues sí, se acerca mi cuarenta y siete cumpleaños y quiero comunicar a todos mis amigos, amigas, familia, pibón y demás especies a las que tengo una especial admiración y cariño, que el próximo día 19 vamos a darnos una buena cenorra bajo las estrellas, si no se nubla o llueve. Lo regaremos como corresponde y soplaremos alguna velita como manda la tradición, mas allá de las 12 porque mi cumple de verdad es el 20.

Dicho esto, voy a continuar buscando citas de personajes ilustres que a pesar de los años, tampoco están tan mal, no? En fin, mi padre decía que él no era viejo, que lo que estaba era un poco usado. Y claro, digo yo que lo usado es lo que más se aprecia y si no, que se lo digan a mi navaja multiusos que me compré en el pabellón de Suiza de la Expo 92 y que aunque despuntada, aún conservo y uso para comer más de una vez.
Sabéis cuál es el cambio más profundo que he notado con el paso de los años? Pues muy fácil mi tendencia a contar batallitas. Es normal que mis hijos se mofen de mí cuando me pongo a contarles cosas de cuando tenía su edad, cuánto daño está haciendo a mi generación la jodida serie de la tele "Cuéntame". Pero lo peor es que me lo noto. He desarrollado una rara habilidad para verme desde fuera como si fuera un espectador más cuando cuento cosas y muchas veces reconozco que puedo ser un verdadero coñazo. Es más, he notado que hasta me repito.
Así que he decidido utilizar la técnica de los demagogos que rigen nuestros destinos y controlan nuestras carteras (me refiero a los políticos): lanzar un globo sonda. Una técnica científica utilizada para ver qué pasa sin tener que desembarcar de golpe con todos tus efectivos y correr el riesgo de cagarla a lo grande. En resúmen, ser un poco más reservado y dejar que el ritmo de las conversaciones vaya por donde quiera y depende de para dónde vaya soltar o no la batallita.
Será mi propósito para este nuevo año de antigüedad que voy a comenzar. Al final acabaré como los famosos monos y su secreto de la felicidad: ver, oir y callar.
Por cierto, que quede claro que una de las razones por las que decidí arrancar con esta especie de cuaderno de vitácora virtual era que me sirviera como terapia para machacar lo menos posible a mis semejantes con mis batallitas. Por tanto, el que se sienta machacado que clickee en las aspas que están en la esquina superior derecha de esta pantalla y listo.
Joder, que divertido es cumplir años y hablar o escribir de lo que quieras, aunque aburras. Esta debe ser la definición perfecta de una paja mental. A lo mejor lo mando para la wikipedia. Hasta la próxima.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Mi tío Juan

Mi tío Juan, que en realidad se llamaba Antonio, se decidió a entregar la cuchara, ayer. Ferroviario durante más de 40 años, sus compañeros de la RENFE le llamaban Juan por su "parsimonia" y sus, por qué no decirlo, coone. Incluso le felicitaban por su santo, el día de San Juan, por lo de Juan Coones. A lo que mi tío respondía con un lento y musical "niño, tú por qué no te cachondeas de tu puñetera madre, eh?".
A mi tío, lo que más le podía gustar, aparte de un buen cigarrito, era una buena mesa donde comer a su ritmo. Esto incluía sentarse a las 2 de la tarde y no levantarse a lo mejor hasta las cuatro y media o las cinco después de haberse cepillado sus dos platitos, postre, café y alguna que otra tapita de entrada, el telediario, la novela y lo que se pusiera a tiro. Lo que se dice, sin prisa pero sin pausa.
Después de casi 84 años aquí y de haberse fumado hasta el estanquero por los piés hasta el último día, ha decidido no levantarse más de la siesta que ya está bueno lo bueno.
Allí donde estés, que descanses.
A la memoria de mi tío, Antonio Espinosa Justiniano.

martes, 1 de septiembre de 2009

Apología del vino

Mi amigo Alberto, que hace pocos años compró un pequeño viñedo en alguna parte de la provincia de Huelva y del que según sus palabras sale más vinagre del que desea, dice que lo que más le ha sorprendido del cultivo de la vid es la capacidad de renacer. De unas cepas que llegan durante el invierno a secarse casi completamente y a soportar temperaturas extremas, no puedes ni siquiera imaginar que comiencen a salir racimos de uva como por arte de magia y que luego en las más de las menos nos hagan regocijarnos tanto.

En una escena de la película “un buen año” de Russel Crowe, un viejo vividor y vinatero le decía a su sobrino: “un vino nunca miente, si lo haces mal, el vino se lo dirá a tu paladar".

Y cuanta razón que tiene. No tengo el conocimiento de los buenos catadores, pero poco a poco he ido educando (mas bien entrenando) la vista, el gusto y el olfato como para al menos distinguir un buen vino de otro de tetrabrick, de tanta aceptación en bordillos, parques y calles de nuestras ciudades.

Estamos en septiembre y me he suscrito a un club de vinos a través de una web (http://www.vinissimus.com/), a la que llegué buscando un vino que el pibón y yo catamos en el restaurante Huerta de la Merced de Gines, del que en otra ocasión contaré sus bondades y placeres.

Durante el mes de septiembre me vuelvo bastante receptivo a todo lo relacionado con el vino, debe ser que en este divino caldo ahogo la depresión del final del verano. Aunque es difícil no ser receptivo en esta época porque el bombardeo de información es fino (la salida de los temporeros a Francia para la vendimia en todas sus versiones de callejeros por el mundo, andaluces por el mundo, Andalucía y España Directo e imagino que todas las regiones en directo; noticias del tipo “comienza la vendimia con incertidumbre sobre el precio de la uva”, “la pisá de la uva, una fiesta con tradición”, “Se hace la vasectomía accidentalmente al intentar cortar un racimo de uva en el comienzo de la vendimia”, …)

Y no nos olvidemos que después de la vendimia y con los primeros fríos llega el mosto aljarafeño, de inolvidable recuerdo para mi amiga Mª Luz que no pierde ocasión en abandonar su amada Barcelona para “bajar” a catar y a manducar los manjares y caldos propios de la época. Del mosto aljarafeño, recomiendo con toda mi admiración este enlace a una web, paradigma de la cultura y la buena vida: http://www.apoloybaco.com/MostoSevilla.htm

Y como el que va a un entierro y no bebe vino, el suyo viene de camino y dado que recientemente no he asistido a ninguno, imagino que tampoco vendrá mal hacer un poco de tratamiento preventivo y dar buena cuenta de poción tan recomendable.

Seguiré hablando de vinos, desde de la modestia de mi disfrute y desde la humildad de un admirador de este mundo. Viva Umbrete.