Recuerdo cuando niño a mi padre poniendo a parir a todos los ministros que salían en la tele con esa oratoria de altibajos de volumen y gestos con la mano, para poder captar la atención de los espectadores. Siempre pensé que era un poco su válvula de escape para relajarse después de una jornada de curro, de una bronca familiar o, simplemente por deporte. Eso si, deporte no olímpico y del que no había ni federación ni escuela municipal que lo enseñara. En este asunto creo que los españoles hemos sido históricamente bastante autodidactas.
En mi adolescencia gané el campeonato de adolecer de sentido común y me aboné a las camisas militares por fuera del vaquero roído y a las chapas de las juventudes socialistas, la joven guardia roja, la liga comunista revolucionaria y la bandera republicana. Esto último tocaba especialmente las pelotas de algunos compañeros de clase de los Salesianos de Triana pero curiosamente gustaba a mi profesor de sociales. Seguramente de él saqué mi afición por la historia y un notable de nota final en bachiller. Tengo que decir que lo mejor de la Joven Guardia Roja era su secretaria general, una mujer guapísima llamada Pina López Gay, responsable yo creo de la masiva afiliación masculina a semejante formación política. Después pasó lo que pasa siempre, la fichó el partido en el gobierno y le dio un cargo de Secretaria de Cooperación con Iberoamérica y ahí se acabó su historia revolucionaria y la de la Joven Guardia Roja.
Hasta que llegó la hora de votar. Yo lo flipaba, me encantaban los mítines, las caravanas electorales, los carteles, las banderas, pegatinas, gorras, y lo que más, los conciertos que se organizaban (Tabletom, Triana, Veneno, concursos de nuevos grupos,…). Lo del discurso político, los programas electorales, el puedo prometer y prometo, la verdad me interesaba poco.
Pero si había algo que me ponía de verdad era lo del “Otan no, bases fuera”. No hacía mucho que la guerra de Vietnam había acabado y me empapé todas las pelis que pude sobre el tema (El cazador, Apocalipsis Now, la Chaqueta metálica, Good Morning Vietnam, los Campos del Silencio, entre otras). Camisetas del Ché, conciertos de Kilapayún, Pablo Milanés, Solidaridad con Chile, Nicaragua, libertad para el pueblo saharagüi, Palestina. Dejé de beber Coca Cola, aún hoy ni la pruebo; hamburguesas? Puag, por favor, viva el pepito de lomo. En fin, en medio de esta cruzada antiimperialista, al bueno de Felipe González le da por apoyar la permanencia de España en la OTAN. Pues sabes qué te digo, que hasta luego Lucas. Voté NO y ahí acabó mi paso por los colegios electorales.
Es evidente que el tiempo ha pasado, y se supone que he evolucionado (esto habría que contrastarlo). Pero hay algo que sigue igual de clavado en el mismo sitio: mi desconfianza absoluta hacia la clase política. Si que es verdad que se ha ido enriqueciendo el saco de motivos y argumentos que sustentan esta posición personal y he llegado incluso a descojonarme de algunos de los motivos, pero hay determinadas situaciones que hacen que mi mofa tenga visos de tristeza y me haga pensar que poca solución tiene el sistema. Como muestra, un botón y con esto ya termino la sesión de hoy de batallitas. Esto viene en la prensa de hoy:
Un diputado californiano se ha visto obligado a dimitir después de la difusión a través de internet de un vídeo en el que cuenta sus aventuras extraconyugales, en pleno debate parlamentario. El republicano Mike Duvall, que ignoraba que su micrófono estaba abierto, se dedicó a relatar sus confidencias íntimas a su vecino de escaño y a confesar los gustos de sus amantes por los azotes.Y Duvall prosigue con su relato, completamente ajeno a que sus comentarios se estaban escuchando y que tenía el micrófono abierto: "Me gusta darle. Ella me dice: 'Sé que te gusta azotarme'. Y yo le digo: Sí porque eres muy mala".
Como dice ese anuncio de Aquarius que me gusta tanto: “el ser humano es extraordinario”.
Genial. Al principio no me había dado cuenta de quién lo escribía, pero del barrio si sabía que deberías ser, y claro está, cuando he leído lo del cumpleaños, he caido. Me ha gustado mucho, estaré atenta a tu blog y a tu escritos, me han traído recuerdos entrañables
ResponderEliminarEnhorabuena sigue,