martes, 22 de diciembre de 2009

Mi suerte con la lotería o "dónde está Chencho".

Nunca me ha tocado nada. Miento, cuando estaba en cuarto curso de EGB sortearon tres albumes maga de estampas sobre naturaleza animal y botánica entre cinco compañeros que habíamos hecho el mejor trabajo de la clase (siempre me ha gustado codearme con los mejores, no se si ellos comparten el mismo sentimiento hacia mi). Lógicamente las posibilidades de que me tocara alguno eran bastante altas. Me hizo mucha ilusión aquel album cuya interminable colección quedó incompleta para siempre.

Y ahí acabó mi suerte en los sorteos. Mi salud hasta la fecha, tocaré madera, aguanta medio decente a pesar del tiempo, es decir, celebramos año tras año por estas fechas, el día de la salud. Un compañero de trabajo tenía la teoría, a la que yo me sumo, de que las escenas de los informativos del día 22 de diciembre en los que aparecen los “agraciados” de la lotería estaban rodadas en un estudio de Madrid junto al que hacen la serie “cuéntame” y que los premiados eran actores desconocidos. Es más alguno ha salido en anuncios a los que nadie presta atención, como el de hemoal, o como figurante en Hospital Central, haciendo de enfermo borracho del rincón alicatado de la entrada de urgencias. En fin, teorías, teorías que ni por esa consuelan la bajona del día del sorteo por la tarde.

La lotería de navidad, pues como ese pastel de la vitrina, con esos brillos, esas frutas que parecen dibujadas, esa nata resbalando por los bordes entre trozos de chocolate fondant…mientras no te lo comas, conservarás la ilusión de su sabor, de su olor, de su textura. Cuando te lo has cepillado,…joder creo que no me ha sentado muy bien, igual no debería haberme comido ese otro, y encima lo que me ha costado en esta pastelería, ahora ya nadie quiere más, qué hago con lo que ha sobrado.

Lo mismo, lo mismo. Antes del sorteo, ya me había quitado la hipoteca, había cambiado de coche por otro menos práctico y consumo brutal, tenía sacada las entradas para el concierto de año nuevo de Viena y estaba esperando a tener el nuevo coche para pegarme un viajecito por la costa y la sierra para cerrar la compra de mi nueva casa de vacaciones.

Después del sorteo, después del sorteo, no passssa nada. El pibón me seguirá queriendo igual, espero. Continuaremos con el entretenimiento de gestionar los números rojos de una cuenta bancaria, que es todo un arte y del que estoy seguro acabará sacándose un videojuego en todas las plataformas. Y total un mini cooper con el techo y los retrovisores de cuadritos blanco y negro, no te da más que problemas, arañazos, taller, un lío. Dónde va a estar uno más a gusto que en su propia casa… Total, que me he quitado de un montón de problemas y de quebraderos de cabeza.

En mi oficina, los viernes me agencio lo que he denominado la revista del entacado y que no es más que el suplemento del diario Expansión, llamado “Fuera de serie”. Entre las principales noticias del último número comentaban que Mercedes, una vez finalizada su alianza con McLaren, lanzaba su primer deportivo en solitario. El nuevo SLS AMG, alas de gaviota al precio de 177.310.-leurazos. Otro problema menos para mí.

Si es que no veo más que ventajas en esto de que en el sorteo de navidad de este año me haya tocado lo de siempre. Un güenna, aderezado con ajo, agua y resina.
Y encima Gibraltar sigue siendo de los bucaneros ingleses.

jueves, 10 de diciembre de 2009

“…En estas fechas tan entrañables, la reina y yo…”,

Me gustan estos días previos a la navidad, al término del año. En mi época de estudiante que recuerdo a tirones y por mi condición de tieso crónico, dedicaba una o ninguna partida de mi presupuesto a lo que venía siendo comprar periódicos. Así que elegía cuidadosamente los momentos para gastar en estos menesteres, y entre mis preferidos estaban los suplementos de final de año. El del País, reproducía en pequeño formato cantidad de portadas de todo el año, una especie de periódico en miniatura que me duraba todas las pascuas hasta más allá de la ruina de la caida libre de enero. Luego aparecieron el de otros diarios, el resúmen del año de informe semanal, el relleno televisivo, las pelis de navidad, en definitiva, el camino que te conduce a través del mensaje de “…en estas fechas tan entrañables, la reina y yo…”, a lo mejor de lo mejor que es la noche de reyes.

Da un poco de vértigo pensar cuál será el resumen de este año al que ya le queda poco para cascar, así que he decidido no mirar demasiado para atrás y por supuesto no comprarme niguno de estos compendios de desgracias del año 2009 que van a aparecer por los kioskos de un día para otro.

Voy a intentar borrar lo peor de mis recuerdos del disco duro y conservar, subrayar y aumentar lo mejor para fabricarme un buen paraguas, porque me da la impresión de que el año que viene parece nubladillo y será muy importante tenerlo cerca. Si es posible, que sea un paraguas como los que venden en decatlhon para el golf. Bien grandote. Que resguarde de esos nublados a todo lo que quiero.

Como lo hecho, hecho está y no tiene remedio, más vale que me concentre en lo que viene. Los mensajes de navidad, aparte de una pose, parecen muchas veces un chicle de a peseta, por lo poco que les dura el sabor, básicamente en mi ciudad dura hasta que se llenan los contenedores de cajas de juguetes, botellas vacías, huesos de jamón secos y se limpian las calles de los papeles de los caramelos de la cabalgata. Las luces, creo que se quedan hasta el carnaval, total con un poco de habilidad sirven para las dos cosas. Los motivos navideños en mi pueblo cada vez abundan menos en las luces que pone el ayuntamiento, claro que es una forma de reciclar, que es una cosa bastante sostenible, participativa, solidaria e igualitaria.

Así que, dicho lo dicho, me voy a permitir el atrevimiento de reproducir un fragmento del artículo que publicó mi admirado Luís Rojas Marcos, días después del ataque terrorista a las torres gemelas, con la esperanza de que su mensaje perdure durante todo el año, mucho más allá de lo que dure la navidad.

“Al final, la lección más importante que he aprendido en estos días tan dolorosos es que nuestra tarea diaria consiste en ayudarnos unos y otros, y que el mejor negocio es el bien común. Este trágico 11 de septiembre que cambió a este pueblo para siempre me ha hecho recordar un pasaje del Diario de Ana Frank, la niña de quince años que en vísperas de morir en el campo de concentración nazi de Belgen-Belsen, en marzo de 1945, escribió: 'A pesar de todo, creo que la gente es realmente buena en su corazón'” (Luis Rojas Marcos. Angeles anónimos. Diario El País. 23 de septiembre de 2001).

Felices pascuas a tod@s. Que sigamos ayudando a los Reyes a ser magos para todos y para siempre. Abajo el gordito de rojo. Beduínos unidos jamás serán vencidos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Hoy es mi santo y no quiero cabrearme

La inmensa libertad de opinión que te da internet es la misma que siempre hemos tenido en las “tertulias” de café, de humo, de copa, donde nos podíamos permitir la práctica del deporte del despelleje de cualquier propio que se pusiera a tiro o la práctica de querer entender de todo y no saber de nada. La chirigota del Selu del año pasado, clava a estos personajes: “los enteraos”, siempre con un periódico bajo el brazo y oteando el horizonte con la barbilla levantada y las manos en los bolsillos. Es la misma pero a lo grande. Es como hablar en voz alta en medio de la calle Sierpes un día de rebajas. Igual te oyen, igual te escuchan, igual te ignoran, igual te pasan por encima.

Ahora las tertulias se llaman blog y no tienen límite. Es la anarquía dialéctica, pero tienen su territorio definido, aunque les pese a algunos. No hay cosa que moleste mas al sr. Burgos (Don Antonio para muchos) que cualquiera pueda opinar de lo que quiera y tener el mismo altavoz que él usa, porque desde que la prensa es más digital que de papel, los tiempos han cambiado que son una barbaridad. Y digo esto porque el sr. Burgos odia dos cosas que para mí son fundamentales: las bicicletas y los blogs, aunque las bicicletas las odie por el carril bici de Sevilla que sí que es verdad que ha sido diseñado con un magna doodle como el que les traían los reyes a mis niños.
Dicho esto y haciendo uso o abuso si hace falta de esta libertad virtual, lancémonos al ataque.
Titulares de la prensa de estos días:

El premio nobel de la paz 2009 prorroga la guerra en Afganistán hasta el 2011. Habría que darle el nobel a los zumbaos del jurado del premio.
Corbacho dice que se está frenando la destrucción de empleo. Lógico, cada vez queda menos que destruir. Es lo que tiene, o peor, es lo que se transmite: que un ministro piense que los que leemos o escuchamos estas cosas seamos tontos.
El 66% de los andaluces que hace ejercicio luego se va de cañas, según una encuesta. Es que hay otra razón en la tierra de María Santísima para hacer deporte?
Hoy es mi santo y no quiero dar mucha leña, así que a título de culturilla os cuento que San Francisco Javier murió el 3 de diciembre de 1552, que está enterrado en Goa (antigua colonia portuguesa, en la costa occidental de India) y que es copatrón de Navarra junto a San Fermín. Hay un pueblo en Navarra que lleva su nombre, donde está el castillo en el que nació este misionero que entregó la cuchara en tierra extraña.
Si es que no puedo resistirme. Esta ya es de traca. Ojito a la noticia: el alcalde de Barcelona dio un discurso de bienvenida a personalidades y a los equipos español y checo que van a disputar la final de la copa Davis durante este fin de semana en el Palau San Jordi. El discurso lo dio en catalán y en inglés. Lo que asombra es que no lo diera en eslovaco, total ya puestos a quién le importa que sea el equipo español el que juegue la final, lo importante es que se juega en Cataluña. A lo mejor para animar al equipo tampoco se puede decir eso de “yo soy español, español…” En fin, disfrutemos por la tele los que puedan y confiemos en barrer a los checos de la tierra (de la pista), que va a costar lo suyo.
Vivan los beduínos de Gines.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Pasar una semana de noviembre


He arrancado el mes un poco a trompicones. Aún estoy intentando recuperarme del arranque del curso, que siempre tiene una parte pesadilla a la que me acostumbro como puedo y este año una parte prometedora, imprevisible, absolutamente nueva en mi familia: mi hija Marta ha empezado en la facultad. No sé si para mi padre supuso algún orgullo el tener un hijo universitario, igual ya le cogió algo mayor y con otros hijos que quizás le dieran otras “satisfacciones” o nietos. En fin, para mí aunque suene un poco a ñoñería, me causa una mezcla de agradables sensaciones e inquietud el que Marta enfoque su objetivo para conseguir ser maestra. Ya veremos cómo se va desenrollando este hilo de cometa y en qué corriente de aire acaba volando. Confío en que vaya bien. Ya lo diré, ya lo contaré.

Así he arrancado, pero este noviembre que nos está regalando por estos lares una segunda primavera está contribuyendo a ser un mes de transición agradable hacia el invierno y las pascuas que tanto me gustan. En este mes siempre se producen acontecimientos importantes que no siempre puedo o sé aprovechar pero que este año, seguramente porque tengo uno más, me he propuesto no dejar pasar.

Como he dicho al principio, hablaré de mi semana de noviembre. El martes 17, día de Santa Isabel de Hungría, nos encajamos el pibón y yo en el teatro Maestranza para flipar con la actuación de Cassandra Wilson y su banda (el jazz es otra de mis debilidades). Esta mujer es una persona muy particular a la hora de entender la música y no menos particular a la hora de interpretar. Me encanta el jazz porque lo único que sabes es como empieza, es como cuando empiezas un libro o como cuando escribes, nunca sabes cómo vas a acabar (como la caja de bombones de Forrest Gump). Grandísima la banda que acompañó a Cassandra Wilson, grandísimos los bajos de esta voz negra en la versión de “to say goodbye” (Pra Dizer Adeus de Elis Regina). Para el contraste del dulzor del concierto, después nos pasamos por el bar de Horacio en la c/Antonia Díaz, donde dimos cuenta de algún pinchito de langostinos con dátiles y otras esquisiteces regadas con un buen Rioja.

El miércoles, el pibón y yo nos lo habíamos pedido de vacaciones, así que niños en colegio y facul+mañana soleada en Sevilla=desayuno en Triana+paseo y visita a la exposición de pintura de la Casa de Alba en el Museo de Bellas Artes que desde aquí recomiendo a todos por su variedad y calidad. Ya sabemos que los señoritos de la casa de Alba, aparte de ser una fuente de ingresos cojonuda para toda la carroña de la prensa negra (por otros llamada rosa), se dedicaron durante toda su vida a gastar parte de su incalculable fortuna en arte y mecenazgos y aquí estamos nosotros para disfrutarlo. Con lo que más flipé: el cuadro de Marc Chagall por el azul (os he puesto una foto arriba) y el Zuloaga de la duquesa niña a caballo, por lo moderno y naif. Merece la pena, va a estar hasta después de Reyes.

La semana la hemos rematado con un “poquito” de senderismo con amigos y familia a Benaocaz desde el puerto del Boyar pasando por el salto del cabrero, en el parque natural de Grazalema. Prometo colgar alguna foto. Creo que no me he comido un bocata más a gusto en mucho tiempo como el del sábado pasado sentado al sol en una ladera de roca delante del barranco del salto del cabrero, observando el interminable planeo de los buitres negros.

El domingo tuve que ir por una garrafita de mosto de la bodega de Francisco salado de Umbrete para reponernos. Para sobornar a mis niños tuve que invitarlos a un montadito en la bodega de Gaviño de la Pañoleta. Les encanta que no tengan platos y que te sirvan las tapas en papel de estraza. Creo firmemente que esto debe formar parte del itinerario educativo de nuestros hijos. Seguro que a esto se apuntan más que a clases de educación para la ciudadanía cívico social y formación del espíritu nacional o la madre que los parió. Espero que este otoño presagie un buen invierno. A más ver hermanos.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mangazos y egipcios.

A medidados de los años 50, recién terminada la época de las cartillas de racionamiento, harinas de garbanzo, archicoria, cocinas económicas y demás, mi padre me contaba que para poder contribuir a los gastos que se le venían encima por una operación de riñón a la que hubo de someterse mi madre, se dedicó por un tiempo, valiéndose de su condición de ferroviario, a pequeños trapicheos y estraperlos. Para ello, cuando llegaba a la antigua estación de Plaza de Armas, procedente de Algeciras, para que los carabineros no le registraran, les ofrecía un cigarrito en cuyo interior iba envuelto un billete. Una tía abuela de mi mujer en Cádiz fue detenida en esos años por llevar bajo la ropa más barras de pan que las que le correspondían del cupo de racionamiento.

Seguramente, el hambre, la necesidad, te empujan a emplear cualquier medio a tu alcance para salir de una situación complicada, pero imagino que llega un momento en el que te frenas, paras, te asomas y eliges no seguir caminando por la cornisa, cuando ya no es necesario. Hay un pequeño consuelo, cuando miras a tu alrededor y te preguntas si has causado algún mal a alguien. Seguramente no y deduces que el fin ha justificado los medios, por una vez en la vida.

Pero la cosa empieza a ponerse peor, cuando coincides con algún Mario Conde de la vida en cualquier foro de opinión o entrevista en la tele; con algún Dioni, actualmente agente inmobiliario, con algún malayo…y concluyes, “pero qué coño, si estos se lo llevaron calentito y están en la calle viviendo como Dios”, lo mío es de tonto, con mayúsculas, subrayado y arial 50.

Ahí creo que radica uno de los origenes del problema. No sabes a quién le quitas algo, de hecho puedes ser tan imbécil que crees que le estás mangando a alguien que no tiene cara y que por tanto no es una persona, al Estado, a la Diputación, al Ayuntamiento, a la Mancomunidad, a la Compañía del Gas o de la Luz, a los accionistas, ¿Quién coño serán los accionistas?. Incluso peor, puede ser que la cara que le pongas sea la de un político rastrero de tres al cuarto al que igual no le tienes simpatía, algún banquero o presidente de una gran compañía y piensas que le birlas algo de su cartera, para fastidiarle la cena en el Bulli del sábado o la montería del domingo. Y lo más de lo más, “para que se lo lleve otro, mejor me lo llevo yo”.

La vorágine de corrupción-mangazo-trincamiento-“dónde está la bolita, aquí o aquí” con la que estamos ultimamente conviviendo día a día, nos está llevando a una situación de saqueo sin control que está empezando a dar mucho miedo. Y hablo de saquear nuestras conciencias, que lo demás ya está bastante esquilmado. Cada día es más dificil creer en un sistema que no activa a tiempo sus controles para evitar estos asaltos a cara descubierta y proteger a la legión de “carteras desvalijadas” que lo sostenemos. Miras las comisiones que te cobran los bancos por nada, los descuentos de IRPF y seguridad social de tu nómina, el IBI, el puto sellito del coche, el impuesto de matriculación, las tasas de mil tipos que por el simple hecho de vivir y morir tienes que pagar y luego llegas a la conclusión de que es tu cara la que estos malnacidos tenían que ver cuando hacen el egipcio (utilizando un simil de mi admirado Forges) y obtienen el doctorado en trincología.

Y son sus caras las que debemos recordar cuando cojamos bache tras bache, perdamos vida en los atascos, nos la juguemos en la carretera, suframos el transporte público, los experimentos educativos, las colas innecesarias y sin explicación, y finalmente el que quiera y crea, que vaya a votar. En esos momentos, acordémonos de sus caras y olvidémonos de ellas cuando acaben donde tienen que acabar, en el trullo. Que sus jurdeles sirvan para reparar todo lo que han jodido.
Viva Alcorcón.

martes, 3 de noviembre de 2009

Otra sobre vinos y olores


Ultimamente vengo comprobando la riqueza literaria del castellano aplicada al vino. Una buena nota de cata es como un prólogo de un libro, aunque a veces pueda convertirse más en su epílogo. Debo confesar que a mí las notas de cata me predisponen cuando pruebo un nuevo vino, hay grandísimos escritores escondidos en las bodegas y cocinas de este país. En ocasiones es como un fragmento de la obra pendiente de publicar de Millenium, que dependiendo del nivel de adicción que tengas a la trilogía, puede hacer que tu curiosidad elimine cualquier aspereza literaria y sea capaz de digerir cualquier cosa que leer, hasta el depósito legal y la fecha de la 1ª edición y posteriores. Otras veces, igual te alerta sobre detalles que nunca considerarías y que forman parte de las impresiones personales del sumiller, que aunque no dudo de su opinión cualificada, no deja de ser una opinión.

En mi caso, cuando me encuentro frente a un sumiller, calibro mi nivel de entrega. Creo firmemente que su cometido principal es completar el disfrute de la comida, y conseguir que todas las elecciones que haga el cliente sean “espléndidas”. Cuando doy con una persona que cumple con esta premisa, me entrego sin remisión. Ahora compro vinos asiduamente, soy capaz de situar en el mapa las principales denominaciones de orígen, el vino de guisar es el único que entra en casa en formato tetrabrick, tengo la vitrina poblada de diferentes tipos y tamaños de copas, tengo un decantador, tres sacacorchos y el convencimiento absoluto de que los romanos y los griegos no tenían dioses del vino por gusto.

Volviendo a la parte literaria, he traído una retahíla de adjetivos y expresiones que he entresacado de algunas notas de cata. Os recomiendo de todo corazón su lectura. Si después de esto no os apetece descorchar una buena botella, algo en vuestro interior está oliendo a cadáver.

"Aroma de buena intensidad, con madera tostada en primer plano, con un puntito de laca de uñas, finas sensaciones florales. En nariz es especiado (pimienta, vainilla), ofrece pequeños frutos rojos maduros (cerezas, moras), regaliz, plantas de monte bajo, hierbas aromáticas.
Recuerdos especiados y de incienso, de hierbas aromáticas y plantas, cacao y fruta madura (cerezas), caramelo inglés.... La primera impresión son recuerdos de acetatos (barnices) que se van marchando con la oxigenación. Detrás van surgiendo muchas cosas; especias, cacao, tierra mojada (setas, champiñones), fruta madura... Es un vino de color prudente, dominado por un veloz baile en copa que invita a pensar en suaves texturas. Aromas puros y sutiles de zarzamora, bien mezclado con una selección de cacaos y lácticos. Unos livianos movimientos hacen que se desprendan emocionantes esencias de mina de lápiz y tinta china."

Con un pequeño esfuerzo, soy incluso capaz de visualizar estas sensaciones. La compañía en la comida y lo que los gastrónomos llaman un correcto maridaje de los vinos, completan este paseo que no podrás capturar con ninguna cámara digital por muchos megapixeles que tenga y que perdurará de verdad en tu recuerdo. A lo mejor es entrenamiento o, seguramente, la edad pero cada día recuerdo más olores y sabores. Ya me queda menos para captar ese “color prudente, esa emocionante esencia de mina de lápiz o ese aroma a plantas de monte bajo”.

No hay duda de la relación entre el vino y la literatura, de hecho, una de las interpretaciones del cuadro de los borrachos de Velázquez que os he puesto arriba, es la de que Baco coronaba con un ramo de hojas de vid, a uno de los siete borrachos que lo rodean y que podría tratarse de un poeta inspirado por el vino. En fin no seré yo quien dude de esta licenciosa interpretación.

Dado como está el patio y la altura literaria que ha alcanzado la cata de vinos, quiero romper una lanza a favor de otros olores y aromas que no debo olvidar y que aunque no están recogidos en ninguna nota de cata, forman parte de mi vida, y a los que quiero dar la “altura literaria virtual” que se merecen. A saber: el aroma del serrín en el suelo de los bares, el fuerte olor del aliño de las aceitunas gordales, el rancio olor a taberna, las cáscaras de los cacahuetes, el olor a taifol y zotal de los servicios de los bares por las mañanas, la carne de pinchito en la plancha de las cocinas, el adobo del pescaito, el queso viejo recién cortado, el pan calentito de la talega, la fragancia de la chacina y del jamón colgados con su estalagtita de grasa amenazando la “pulcritud” de la barra,…

Está claro. Uno de mis objetivos en la vida es exprimir al máximo los sentidos y registrarlos en la memoria. Es lo único que pienso llevarme para la eternidad. Hermanos, creo que por fin llega el otoño de verdad y comienza a correr el mosto por el Aljarafe.

martes, 27 de octubre de 2009

Willy el grumete

Se producen situaciones que con ayuda mediática se convierten en temas de gran impacto, pero que con el transcurso de las horas, días o incluso semanas, se van desinflando como noticia. Es fácil acostumbrarse al horror por la tele, a las catástrofes, a la muerte y a la desesperación de gente que sufre pero que nos parecen muy lejanos a nuestra vida cotidiana. Simplemente cambiamos de canal y buscamos algo más agradable, que nos entretenga y nos divierta.

Es tan reiterativo que ya no nos sorprenden los atentados que se producen casi a diario en Irak. Sabéis que ayer en dos explosiones se han producido 155 muertos y más de 500 heridos?, No sé si es importante pero la mayoría eran civiles. Mañana esto ya ni tendrá importancia informativa. De hecho, creo que hoy ya casi no la tiene y empieza a pesar más que Messi haya vuelto a marcar o que el Madrid ande perdido sin su amado CR9.

Tan terrible es que estos muertos y heridos anónimos caigan en el olvido como que las situaciones que hace un par de semanas nos salpicaban la cara de asombro e indignación, ahora nos hayamos acostumbrado a vivir con ellas. Te acostumbras al frío que entra por debajo de la puerta y subes un poco la calefacción. La puerta cierra mal, empujo un poco y ya encaja. No lo arreglamos, nos acoplamos y ya no hay problema.

Sabéis que ya va para casi un mes de lo del secuestro del pesquero español en la costa de Somalia? Ya no es importante, peor, ahora se hace casi sorna de lo que está ocurriendo y mucho peor de lo que se está haciendo por solucionarlo. Hace unos días, en un alarde de estrategia militar capturamos a dos piratas de los que tienen trincados a nuestros compatriotas. Nos hemos gastado una pasta en trasladarlos a España para que los procese Garzón, defensor de occidente y azote de las injusticias en el mundo. Pues nada señores, lo que le interesaba a los medios es que uno de los individuos podía ser menor, aunque luego resultó ser mayor. Alguna emisora lo ha bautizado como Willy el grumete. Willy el grumete en las costas de Somalia. Como dijo alguno, parece el título de una película porno. Desde luego, bastante lejos de clásicos del género como Blancanieves y los siete enanitos cachondos. Lo de los pescadores con el paso de los días, servirá como noticia de relleno, entre los sucesos y los deportes o el pronóstico del tiempo.

Bueno, no nos desviemos del tema. Creo que internet nos da una herramienta perfecta para saber qué puede estar pasando por ahí y al igual que hago con la radio, como sabéis, lo mismo hago con la prensa: me preparo mi variadito informativo. Entre semana, de las ediciones digitales de la prensa me pulo las portadas del diario de Sevilla, diario de Cádiz, el Mundo, el País, el Expansión, el Periódico de Cataluña, el ABC y la Razón. De lo de dentro, sólo la columna de Antonio Burgos que para mí es como el cafelito hispalense auténtico de las mañanas. Eso sí, el hombre tiene sus días y hay que entenderlo. Tantos años viviendo en el centro, igual le han hecho olvidarse de la periferia y del area metropolitana.

Los domingos, como mínimo el Pais, que trae la taza de los beatles y un suplemento de bastante nivel a pesar de la publicidad. A veces el Mundo porque tiene el suplemento más grande y el diario de Sevilla que ultimamente trae una colección de cinturones cojonuda y del ABC la columna de Pérez Reverte del suplemento. A ver si con este cubata de información logro leer entre líneas de una vez por todas y me sacudo esa triste habilidad que parece que hemos desarrollado para olvidar rapidamente a los 150 muertos de Irak en pos de que Andreíta se coma el pollo o el premio ondas de Jorge Javier Vázquez,...Diooos. Un saludo para toda la peña que hoy ya está bien de barrer por debajo de la alfombra.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Las bicicletas no son solo para el verano.


Mi primer contacto con las bicicletas fue con 7 u 8 años. Mi hermano mayor nos regaló a mi hermana y a mí una bicicleta plegable, que nunca plegamos por cierto pero era la moda del momento, de marca rabasa derby de color blanco. Al poco tiempo y aprovechando que mi hermana pasaba un poco de la bici, entre otras cosas porque había que bajar y después subir, 80 escalones cada vez que queríamos sacarla, acabé adueñándomela.

Pocos años después, a mis amigos y a mí nos dio por lo que hoy denominaríamos tunear la burra. Claro que con muy pocos medios, y siempre buscando que la bici se pareciera cada vez más a lo que nunca podría ser: una moto de motocros. Cualquier cosa. Así que dicho y hecho y manos a la obra. Le desmonté los guardabarros, le compré por 35 pelas un manillar de moto de segunda mano con más óxido encima que el Titanic, le quité todas las pegatinas y le puse unas de montesa y bultaco que compré en una tienda de motos. Unos vaqueros guarrillos y una camiseta de mangas largas blanca con el logo de bultaco que me regaló mi hermano. De esta guisa nos íbamos a un circuíto de motocros que se llamaba las lomas, en las afueras, dirección Camas. Creo que salí tres veces, a la que hizo cuatro volví a casa con una mitad de la bicicleta en cada mano, lo que se llama reventar el cuadro, y algún que otro kilo de polvo del camino por encima. Unos puntitos de soldadura del herrero del barrio Voluntad y a la carga otra vez. Así hasta que ya mejor para qué la vamos a sacar del lavadero, que allí no estorba a nadie. Finalmente, en una de esas fiebres de tirar cosas “inútiles” que le daban a mi padre, lo que quedó de mi rabasa derby modelo all terrain hasta la muerte, fue a la basura.

Tuve otro romance con la bici mientras hacía la carrera. Ir a la facultad en bicicleta me daba cierta independencia y libertad para entrar hasta los bajos de la escalera de la Facul (estudié la carrera en plena transición, una etapa muy divertida en la universidad), hasta que lo prohibió el decanato con la excusa de que habían hecho unos aparcamientos muy monos en la puerta. Un día que fui a mirar la nota de un parcial de Civil, que para colmo suspendí, fue el último día que ví y disfruté de mi bh roja con tres velocidades y frenos cantilever. No me dejaron ni el pitón con que la amarraba. Cabrones, ojalá os pudráis en el infierno.

Bien, dicho esto, ya puretón y dueño de mi frigorífico, con esa curva que no se a quien hace feliz y que te obliga a desarrollar el oído para poder mear dentro, retomé mi afición a la bicicleta. Empecé con una del decathlon de oferta que aún conservo para moverme por mi pueblo y a la que le dí una caña tremenda en mis primeras salidas campestres (otro día las cuento…). Tres años después, pedí con verdadero fervor a mi ídolo Baltasar (el que con sus colegas solo trabaja una vez al año), alguna burra más en condiciones. Este con la colaboración del Corte Inglés me trajo una B-pro zs1 que desde ese día se ha convertido en mi compañera de correrías por campos, sierras y playas de los alrededores. Casi siempre salgo con vecinos, amigos o el pibón a los que no les da vergüenza salir con un tipo con culotes y casco a dar un paseito mañanero los domingos. Os confieso que es, como dije al principio de empezar con esta aventura virtual, uno de mis placeres favoritos. Echar un par de horitas por el campo en otoño o primavera (para mi las mejores épocas) me recargan para toda la semana. No sé hasta cuándo podré continuar con esta afición, pero mientras las piernas y el culo aguanten, seguiré madrugando los domingos para hacer el cafre por el campo. Os he puesto una foto de mi bici en la barcaza de Coria cruzando el Guadalquivir.

Nos vemos por los caminos. Un saludo patós.

lunes, 19 de octubre de 2009

Jugón


Creo que no me va a gustar esto, no me gusta decir cosas sobre gente que se va de pronto pero me veo obligado a hablar de Andrés Montes, este tipo que le ha dado por abandonarnos a nuestra suerte a los aficionados al deporte. Y nos abandona en estas aguas pantanosas de periodistas y locutores deportivos que se parecen cada vez más a máquinas tipo: “si quiere información sobre…pulse 1, para cualquier otra cosa, permanezca a la espera”.

La diferencia que este tipo marcó en las retransmisiones (primero la NBA, después el fútbol), es algo que cada vez hecho más de menos cuando veo deportes en la tele, o escucho la radio. Confieso que al principio me exasperaba, cuando se olvidaba de lo que pasaba en el terreno de juego y se dedicaba al “all you need is love”, pero no puedo negar que cuando veía retransmisiones en otros medios notaba que faltaba algo. Esta gente no sabe transmitir su afición, su admiración, su disfrute del deporte, simplemente suministran datos. No quiero ser injusto y hay excepciones: el Patxi y sus colegas de la sexta, los comentarios de tenis de Alex Corretja y pocos más.

Para contar los deportes, hay que tener vocación, devoción y pasión. Igual son sentimientos primitivos pero sinceros sin lugar a dudas. Para escribir sobre deportes da igual. Por propia experiencia sé que el papel lo aguanta todo pero los sonidos y las imágenes, no.

El jinete pálido, Alves moto gp, tiburón Pujol, Xavi Humphrey Bogart, y este que junta estas palabras, te recordaremos siempre.

La vida puede ser maravillosa, pero ahora va a costar un poco más. Hasta siempre jugón.

jueves, 15 de octubre de 2009

La aradio y yo


Es sorprendente, por más avances que se han ido produciendo con las nuevas tecnologías de la comunicación, la radio se ha ido adaptando a todas. Es de lo poco que puede convivir siendo analógico y digital. No hay que tirar ningún transistor, ninguna radio de válvulas de los años de las cartillas de racionamiento. Valen todas. Es de las tecnologías más solidarias y respetuosas con sus mayores y antecesores. Nada de este móvil ya no es 3G, así que a cambiarlo por otro. Mi tele no tiene tdt, qué voy a hacer. Todas se pueden usar. Unas no eliminan ni sustituyen a las otras, amplían el “radio” de influencia (perdón por el chiste fácil).

Como digo, llegan a más y mejor. Puedes escucharla por internet, te puedes bajar los podscat, a los que te puedes hasta suscribir, después al aipod o a un cd y listo. A disfrutar otra vez. La radio está muy bien porque no le tienes que poner cara a nadie, te la puedes inventar. Asocias una voz a una persona imaginaria. Es como el amigo invisible, sólo que con este no hablas. Sólo escuchas y si te mosquea o no te gusta la música que pone, la apagas o cambias de emisora. La tele sí que ha matado a alguna que otra estrella de la radio: qué mal Iñaki Gabilondo y Pablo Motos. Me parecen tan ridículos con esas caras encartonadas de tanto maquillaje. Iñaki está inmóvil pero el Pablito intentando chupar cámara de sus invitados y de sus colaboradores...un poco patético, la verdad.
Tengo radio en la cocina (pa desayunar, básicamente), en el cuarto de baño (para tener compañía mientras…me afeito), en el dormitorio un radio reloj (pero esta la uso menos, será porque en la cama me entretienen otras cosas), en el coche (la enciendo antes que el motor). Tengo hasta un transistor de mi suegro (el de la foto de arriba) que se compró a finales de los 50 con el que escuchaba radio exterior desde Liberia donde estuvo currando con los americanos, que tiene el tamaño de una caja de churruscos cuétara y chupa más pilas que una nuclear, pero aún funciona. En fin, siempre hay alguien contándome cosas, poniéndome musiquita, riéndose de tonterías o relatando noticias, de fondo. Esto me mantiene alerta.
Lo malo de todo es cuando se ponen de acuerdo en lo que cuentan. Y ponerse de acuerdo, hermano, es hablar de lo mismo, aunque desde cristales diferentes. Ya sabemos que la COPE, Ondacero, Radio Nacional o la SER, se parecen lo que un huevo a una castaña, pero cuando se trata de despellejar o encumbrar al bigotes de los cojones, la puñetera crisis, el paro, la inflación o deflación, Afganistán y nuestra misión humanitaria de guerra no declarada, las miembras, las pastillas del día después, del día de antes o de antié por la tarde, la gripe abecedaria, el novel de Obama, o los piratas de Somalia, no hay problema.

Tanta información satura y hace que no distingamos lo importante de lo superfluo. Es una vieja técnica de informar desinformando, pero bueno, para eso está el mando de sintonía y el de on off. En la variedad sigue estando el gusto. Así que dependiendo de la hora, escucho cosas diferentes.
Por las mañanas, mientras me afeito, me ducho o hago de cuerpo, un informativo de media horita de radio nacional. Para ir a currar, un programa musical de radio 3 de Rne que me encanta y que se llama, “Hoy empieza todo” (un título cojonudo). Para regresar de currar, el debate del programa de Julia Otero de Onda Cero o la caña de Rock&gol. Mientras preparo la cena, el programa de Alsina en Onda Cero y para dormir, silencio por favor, alguna caricia, el brikindance, el crusaito o el robocop, según se tercie, que ya está bien de tanta aradio.

Un saludo pal que sea.

viernes, 9 de octubre de 2009

Bienvenidos al concierto


Como habréis podido comprobar si dais un vistazo al flanco izquierdo de este cibercuadernillo de notas, U2 viene a Sevilla dentro de once meses y veinticinco días y me he agenciado un par de entraditas para ir con el pibón a disfrutar del espectáculo. Parece que después de la visita del Boss este verano, el nivel se mantiene.

Mi inmersión en la obra musical de esta banda comenzó con un single promocional que cayó en mis manos, de portada gris y con la foto de unos tíos con muy mala cara. Una habitación de un cuarto piso sin ascensor, un cenicero y un tocata era todo lo que necesitaba, hace de esto más de 25 años. Se trataba de Sunday bloody Sunday. The Edge cabalgaba con su guitarra, alrededor de la contundente batería de Larry Mullen, mientras Bono subía y bajaba por ese tobogán sonoro particular. Sin duda se convirtió en uno de mis temas favoritos.

Después de escuchar este single en el tocata grundig de mi amigo Quique que trabajaba en radio Aljarafe, alrededor de unas cincuenta veces seguidas, y de desgranar en lo posible esa sesión intensiva y exahustiva de sonidos (recuerdo a su madre entrando en la habitación y preguntando si el tocadiscos se había estropeado porque llevaba toda la tarde escuchando lo mismo), quise averiguar de qué hablaba ese tío de estética entre punk, post moderno, new romantic y roquero de la calle. Gracias a que mi colega colaboraba con esa radio local, nos pillábamos decenas de discos de promoción que las distribuidoras mandaban a las emisoras en aquella época (una orgía para mí).

Y me enganché, me enganché tras este descubrimiento, porque había pocos grupos que hablaran de lo que para mi era importante, de esa parte oscura de la política (en aquella época aún no me había llegado el síndrome de desencanto crónico político que ahora padezco). Siempre me ha gustado la mezcla de este tipo de música que me pone la piel en tensión con letras que hablen de hechos socialmente tan jodidos para nuestras democracias occidentales, como la muerte de trece católicos por disparos de soldados británicos en una manifestación en Irlanda.

Y a esta gente, católicos irlandeses, criados en estos ambientes de conflicto histórico del Ulster, de Irlanda del Norte, del IRA, se les ocurre componer una canción como ésta. Es cierto que durante algunos años no volvieron a tocarla en los conciertos desde alguna reacción extraña que tuvieron en Irlanda cuando la estrenaron. Pero para mí continúa siendo mi himno de aquellos años. Un alegato por la paz, compuesto en una zona de guerra.

“La política y la música son muy difíciles de distinguir; ¿dónde se dibuja la línea?” (Larry Mullen). No dibujemos nada, mezclemos, fusionemos. Acaso viviremos otra vez para hacer algo diferente? Nunca lo sabremos.

Bono se pregunta en la letra del tema, “how long must we sing this song?” (¿Cuánto tiempo debemos cantar esta canción?). Hasta que salga el sol, hermano, hasta que salga el sol en Sevilla el 30 de septiembre de 2010. Nos vemos en la Cartuja el año que viene.

martes, 6 de octubre de 2009

Por qué no me gusta ir a la peluquería

El tema de ir a la peluquería, también llamada barbería, desde la época en que calzaba zapatos gorila y jugaba al frontón con la pelota de goma que traía la caja, hasta el viernes pasado ha cambiado un poquito. Con según qué edades, mi batalla por aguantar el pelo largo duraba unos tres meses, o incluso más, teniendo que firmar un honroso armisticio con mi padre, bien negociado, valga la presunción, que acababa con una visita a la peluquería del Corte Inglés de la Plaza del Duque y un repostaje en la confitería Ochoa de la calle Sierpes, templo santuario del mejor batido artesano de caramelo del planeta. Imagino que al ser las visitas al cortapelos tan espaciadas, daba tiempo a amortizar el coste de la negociación. Lo mejor, el batido y las revistas. Lo peor, los picores de pelo bajo la camisa y las cosquillitas en la nariz de los pelos que te caen por la cara que no paras de resoplar.

Hoy, la itv de pelos la paso cada menos tiempo y en una peluquería de mi pueblo. El asunto de tener que ir peinadito y maqueado al trabajo hacen que vaya con más frecuencia. Bueno, eso y que también cada vez hay menos zona en la que cortar. Ya sabemos, lo del crecimiento irregular que muchas veces acaba en un peinado a lo José Oneto. Está claro. Cuando en el combate entre la espuma delyplus del mercadona y mi cabeza no sabes quién puede resultar damnificado, es hora de ir al barbero.

Así que ni cortés ni valiente y sin haberlo planeado, me planté en la peluquería. Buenas tardes, tiene Ud. Cita?...Eeeh no. Bien no hay problema si se espera 10 minutos, enseguida le atendemos. Le importa cortarse el pelo en la zona de peluquería de sras?. Sin problema. Me pillo mi revista para encelogramas sin pretensiones, tipo QO, Interviu, o lo más heavy, la prensa del día y a esperar.

La cosa fue tipo flashback, de pronto me vi sentado en una silla que no en un sillón de barbero, con los siguientes flancos amenazantes: a estribor señora con un potingue en la cabeza que le chorreaba por el cuero cabelludo, aderezado con canutitos de papel de plata y un rulo en la mollera. A babor, paquete hormonal de cabellera rubia de tinte de oferta a la que le han colocado una especie de antena parabólica por detrás en un soporte de pie que parece que le lanza radiaciones y que me da la impresión de que igual le estan traspasando la corteza cerebral, o eso o los rabillos de los ojos que lleva pintados se los ha hecho a oscuras. Mientras el peluquero hacía su trabajo, (laterales con la maquinilla al cuatro y medio, que me pueda peinar a la raya por favor y las patillas un poco más cortas), empecé a sentir en las sienes las miradas de reojo de dos galeones posicionándose al pairo del viento para lanzarme una buena andanada de “qué coño hace un tío aquí´. Tenía la sensación de haberme colado sin querer en el servicio de mujeres. No se qué hubiera pasado si le hubieran estado haciendo la cera a alguien, aunque fuera el bigote. Dios, sólo de pensarlo…seguramente hubiera sido lapidado sin compasión o acribillado con bigudíes. Afortunadamente, por lo que ya he dicho, en cortarme el pelo se tarda poco, así que en quince minutos el peluquero, no se si empujado por la expresión de mi cara decidió ofrecerme un lavado de pelo. Puf, menos mal, ya llega la caballería. Para lavarte el pelo estás un poco en zona neutral, ni en la zona de caballeros ni en la de señoras. Toque final de masajito capilar con un acondicionador a la menta y vamos que nos vamos. Joder, salí de allí un poco como buscando oxígeno, con la necesidad imperiosa de hablar de futbol, ponerme una camiseta de tirantas, liquidarme un botellín fresquito y darle un achuchón a mi pibón, lo que viene siendo reivindicar mi condición unicelular masculina.

Espero no volver hasta el puente de la Inmaculada o igual tengo que recuperar las buenas costumbres y cepillarme un batidito de caramelo de Ochoa, con eso soy capaz de aguantar hasta una endoscopia.

Hasta la próxima puntatta, compañer@s.

martes, 29 de septiembre de 2009

Volvemos a las andadas

Recuerdo que en un episodio de una de mis series de la tele favoritas, el ala oeste de la casa blanca, el Jefe de Personal del Gabinete le decía a un asesor del presidente, “hay dos cosas que la gente nunca debería saber cómo se hacen, una son las salchichas, la otra son las leyes”. Cuánta sabiduría en un par de líneas de un guión.

Los norteamericanos son muy dados a hablar y sentar cátedra o dejar frases para la eternidad. De hecho, creo que los asesores de imagen y los guionistas de cine y televisión son el puto amo en USA.

Impresionantes los discursos de JFK (“no te preguntes…”), de Martin Luther King (“he tenido una visión…”), Mac Cartur en Guadalcanal (“Volveré”, después de haber dejado una duna de cadáveres americanos en la playa), Clinton (“no he tenido ninguna relación con Mónica Levinsky..”). En fin, grandes hombres, grandes frases, grandes discursos, grandes mama…grandes, en una palabra.

Pero ayer, mientras escuchaba la radio en la cocina y cortaba unas tapitas, escuché una que tampoco se quedaba atrás, me estremeció, mucho mejor que lo de la justicia es un cachondeo de Pacheco, mejor que la de “si me queréis, irse” de Lola, pero que mucho mejor. Se me saltaron las lágrimas con ese “nos van a subir el IVA de las chuches”. Me senté y escancié otro vaso de vino. Intenté la combinación del alt-control-supr, pero no funcionó. Lo había oido del lider de la oposición española. Luego diréis que siempre estoy dando caña con el tema de mi desencanto crónico de la clase política, pero es que entre lo de la foto de Mr. Bean con las niñas y el lider de occidente y la perorata demagoga del colega de la barba en el feudo socialista de Dos Hermanas, es para resetearse un poco.

El IVA de las chuches…por favor que vuelvan Pedro Pacheco, la Chicholina, “el que te pego leches”, Jesús Gil y su patético programa en la piscina con las titis. Al menos servían de contraste, de parámetro del esperpento. Me enseñaban al menos a descartar lo que no debo ni siquiera considerar, frente al resto. Pero con este combate mediático entre pseudo progres miembras que nos meten la mano en el bolsillo y los defensores de quien sabe qué, está la cosa que se te acaban los botones del mando para zapear. Me temo lo peor para futuras campañas electorales.

Ultimamente tenemos muchísimos minutos de imágenes de nuestro ínclito presidente que anda metiendo empujones para que nos acepten en el G20 y en cualquier foro que le aleje de la triste realidad diaria de nuestro país. De todas ellas, destaco la impagable imagen de Obama acercándose a estrechar la mano de ZP y diciéndole de lejos con la barbilla levantada a un presidente de cabeza baja y cejas altas, “José Luis, qué pasó?”, en un perfecto castellano, esta vez no de Tejas. Pues bueno, lo podéis imaginar, el ZP con sonrisa de Jocker absolutamente mudo, acercando su barbilla al externón y estrechando la mano del lider de occidente. Joder, que qué paso? Que volvemos a las andadas, que se nos hace el culo pepsicola con los mandatarios americanos, sean demócratas o republicanos. Que nos pasan la mano por el hombro y ya estamos otra vez en la foto equivocada. Un poco de dignidad señores, que hemos tenido el imperio más grande de la historia. Que qué pasó? Otro día te lo cuento, hermano. Vivan los tercios de Flandes.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Urgar, sentir.

A lo largo del tiempo, asoman la cabeza entre la multitud ciertas personas dotadas por la divinidad de un don especial. En muchas ocasiones ese don eclipsa el resto de su persona, algunos aprenden y llegan a saber convivir con él y creo que otros son incluso víctimas de él. Seguramente el que la vida te haya favorecido con un don, tarde o temprano acaba pasándote factura, si no estás atento.

Tenemos la tendencia a confundir el don con la persona o la persona con el don, tanto da que da lo mismo, sin reparar en saber o conocer algo del resto, de escarbar un poco bajo la superficie. Claro que igual nos importa un pimiento, nos da igual esta o aquella miseria, propia de la basura televisiva tipo Belén Esteban, Jorge Javier, Cantizano, Patiño, Carmele o Mariñas. A nosotros lo que nos toca la fibra es su don, su arte, su obra. Realmente, a quién le interesa que Janis Joplin se metiera por cualquier orificio humano posible cualquier cosa que le colocara o que fuera una jipi de limusina. Con lo que me quedo es con esa voz cortada de blues estirando el estribillo de summertime hasta doler.

Importa algo que el queso de Cabrales huela a desecho humano? Importa el sabor. Importa que tus amigos se pulan la cazuela de almejas? lo que importa es mojar en la salsa. Somos capaces de soportar el olor, el dolor de la ausencia en pos de lo que nos interesa en cada momento.

Pues señores, si somos capaces de zarpar con nuestra flota de pan de Alcalá y cruzar la cazuela con éxito, busquemos la esencia. Miremos por debajo, miremos por encima del monitor, analicemos si nos provoca algo en la piel. Es fácil, piel de gallina o sarpullido. Placer o grima. Arrastrémonos a través de las letras hasta alcanzar los dedos que pulsaban el teclado y tiremos, a ver qué pasa.

Después decidiremos si es importante o es superfluo, si nos enriquece o desilusiona, como los michelines de Miguel Bosé o la afición por la infancia de Michael Jackson. A mí que Janis Joplin, Hendrix o los Stones, se peguen o se hayan pegado la vida o mala vida que quieran, francamente me la trae al pairo, si se me siguen poniendo los bellos de punta cuando oigo los acordes de Wild Horses o cualquier flipe sonoro de estos magos. Pero también es cierto que ahora que me toca transmitir a mis hijos opiniones cuando me preguntan, y vaya lujo señores que te pregunten por algo, intento no ocultarles también el walk on the wild side, el paseo por el lado salvaje, de estos genios, como diría Lou Reed. Después que valoren. Quizá dejo entrever el miedo que me da de que puedan ser atraidos por el lado oscuro de la fuerza. Pero hasta para esto hay que entrenarlos.

Una curiosidad para terminar. Leonard Cohen compuso una canción dedicada a Janis Joplin después de pasar una noche juntos en el legendario Chelsea Hotel de New York, en la que entre otras lindezas le decía lo siguiente:

“Ya eras famosa, tu corazón era una leyenda. Volviste a decirme que preferías hombres bien parecidos pero que por mí harías una excepción…Te recuerdo claramente en el hotel Chelsea. Eso es todo, no pienso en tí muy a menudo.”
Por cierto, mi colega Jorge Martín canta una versión de este tema en plan acústico que voy a intentar colgar para que lo flipéis. Hasta más ver herman@s.

lunes, 21 de septiembre de 2009

El 20 S

Como ya se veía venir, al olor de los pucheros del pibón y de una mesa bien puesta acudieron mis compañeros de fatiga para pegarnos la cenorra prometida. El tema de hoy lo voy a dedicar a relatar este pasado finde, que mancantao (habréis notado el uso de sonopalabras, término con el que he bautizado este vicio mío de escribir algunas cosas tal y como a mi me suenan y que en lingüística pura tendrá un nombre para recordar sólo en los exámenes escritos). Dicho esto, contaros que el pasado viernes, fiesta para el pibón y vacaciones para este juntaletras, nos pegamos una escapadita a la plaza de abastos de Isla Cristina.

Los mercados de los puertos de mar, siempre me han parecido como un campo de batalla donde nunca se hacen prisioneros. De batalla de peli de romanos y bárbaros, de lanza y espada. Vas por un callejón y del puesto de la esquina sobresale una cola de un metro de lo que parece ser un atún. Giras y la mirada vacía de un pez espada con el espadón amputado de raíz que observa a un grupo de melvas apiladas unas junto a las otras, mientras le guiñan el ojo a dos salmonetes cabezones, asombrados de cómo un pez tan feo como el rape puede ser tan caro y apreciado. En el cajón de la esquina las gambas y langostinos ríen, mientras las coquinas y las almejas compiten por ver quién tira más lejos el chorro de agua.

Pues en este festival de los mares de Huelva nos agenciamos un buen morrillo de atún y un variadito de gamba fresca y langostino y unas almejitas. A la neverita del buga y rumbo a Portugal. Paradita en Vilareal do Santo Antonio para hacer unas compritas en una tienda de decoración que desde aquí recomiendo (Caravela) y agenciarnos unos pasteis de Belén y unas bolinhas para que meriende la tropa que habíamos dejado en casa. Continuamos hasta Altura, donde dimos cuenta de un expléndido arroz con marisco en “O Infante”, para antes de regresar tomarnos un cafelito en la playa de Punta del Moral con los pies en la arena.

Para la cenita de mi cumple, el pibón convirtió la compra de la plaza del día anterior en una esquisitez de guiso de morrillo de atún encebollado, gambas y langostinos cocidos para pringarse los dedos a base de bien y una cazuela de almejas al estilo gaditano. Se dejó caer esta diosa de la cocina que duerme conmigo con unas delicias de calabacín con gambas gratinadas con queso, empanada de jamón y dátiles, coca de escalibada de verduras con cebolla confitada, queso de Navarra y unas anchoitas que le encargué a una amiga que tiene familia en Santoña, rematando con un postre de higos al moscatel con helado de vainilla.

También soplé la velita de la tarta, como marca la tradición, al menos mientras tenga fuelle para ello. Toda esta maravilla la regamos con:
9 botellines de heineken, coronita y alhambra 1925. 2 botellas de pago de los capellanes (ribera de Duero 2007). 1 botella de vino del Priorat y 2 botellas de cava que trajeron Angus y Mª Luz que paqué.
Y para las copas abrimos un maravilloso brandy reserva que mi compadre me regaló. Panda de cabrones, tuve que dar dos viajes al contenedor de las botellas al día siguiente.
Aparte de esto, Marisa y Jordi me regalaron la nueva novela de Ildefonso Falcones, Mª Luz y Angus un cd de grandes éxitos de Nina Simone que me ayuda a tolerar los atascos mañaneros y un vinilo de la tuna de derecho de Sevilla del 91…inclasificable y que una vez digitalizado convenientemente distribuiré entre esta pandilla. El pibón me regaló un frasco de loewe, para disfrute compartido. Lo que viene siendo azuzar los sentidos. Me río yo del colega del anuncio de los chicles, el de la lluvia de naranjas micronizadas. Esto si que es un despliegue de sensaciones.
Gracias a toda la pandilla de amig@s mamones y mamonas que tengo que vienen a casa por algo más que por la comida y la bebida,…no?
Gracias a mi pibón, por otro año más. Ha quedado un poco mermeladoso pero es que lo que é, é.

Hasta el próximo saco de palabras.

jueves, 17 de septiembre de 2009

El spamto

Bueno, bueno. Parece que ya se va reactivando la cosa tras la vuelta del verano, aunque yo sigo en manguitas de camisa y sin haber trincado aún la primera corbata de curro del otoño, pero no hay que desesperarse que todo llega y, como está el temita, mejor que llegue y que se quede al menos hasta que pase el chaparrón que nos está callendo.
Como iba diciendo, hay detalles que te confirman sin lugar a dudas que ya ha empezado el nuevo curso, aparte de los porrazos de agua que esta semana están cayendo por todas partes, de los atascos, de los acojones pandémicos, del material escolar, de los experimentos sin gaseosa de ZP y su ejército de Pancho Villa y de la biblia en pasta. Lo que me confirma que ya estamos otra vez en solfa es que han vuelto mis amigos matutinos: los correos no deseados, lo que los informáticos de mi empresa denominan “spam” y que yo llamo spamto.
Vienen por oleadas temáticas. Tenemos la oleada sexual en la que intentan colocarme todo tipo de ofertas de cialis, viagra y aparatos para alargarme el pene. Esto último es relativamente frecuente y está empezando a preocuparme. La verdad, nunca me la he medido pero los resultados que te prometen son espectaculares, claro que el método empleado es un poco medieval, por utilizar un término suave.
Luego tenemos la oleada de metida de mano en cartera. Es decir los anuncios de bancos falsos que te piden confirmación de datos bancarios, con logos perfectamente pirateados de tu banco y con un link trampa para dejarte con una mano delante y otra detrás. Lo mismo tendría que hacer como mi amigo Eduardo que cada vez que recibe un correo de este tipo se lo reenvía a una dirección de la guardia civil añadiéndoles cristalinas expresiones, muy suyas, al estilo de, “ya están otra vez estos hijos de puta intentando robarme”.
Y finalmente, tenemos el “spamto” telefónico. Ese que te llama justo cuando estás comiendo, durmiendo la siesta, cuando está sonando el himno de la champions, cuando estás a punto de salir, cuando te suena el móvil y es tu pibón, en fin, justo en el momento más inoportuno. Además, he notado que se han vuelto más agresivos. Te suben el tono y se sorprenden cuando les dices: no me interesa. A lo que te responden, “me está diciendo que no le interesa que le regalemos un seguro de accidentes durante dos meses?”.
Efectívamente, no me interesa nada que alguien me intente vender porque cree, en su ignorancia más absoluta, que necesito algo que consumir cada dos minutos y mucho menos con este tipo de fullerías con las que pillan a más de un incaut@ y que vienen de compañías con menos escrúpulos que una alimaña. No me interesa nada “gratis” ni un adsl más barato ni una visa nueva ni otro préstamo ni la madre que los parió. Parece que estamos volviendo a los tiempos de la publicidad salvaje que presuponía que el consumidor era memo por naturaleza. Como el experimento de Coca Cola, cuando insertaban un fotograma entre los de una película para crearte esa especie de necesidad inconsciente de consumir una marca.
Con lo que me gusta la buena publicidad. A la mierda el márketing delicuente, viva el boca a boca que eso sí que funciona bien y a la larga fideliza más.

Creo que por hoy ya he largado bastante, así que vuelvo a enfundar la vara vitual de endiñar hasta otro día. Un saludo patós.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Mi visión sobre la política

Recuerdo cuando niño a mi padre poniendo a parir a todos los ministros que salían en la tele con esa oratoria de altibajos de volumen y gestos con la mano, para poder captar la atención de los espectadores. Siempre pensé que era un poco su válvula de escape para relajarse después de una jornada de curro, de una bronca familiar o, simplemente por deporte. Eso si, deporte no olímpico y del que no había ni federación ni escuela municipal que lo enseñara. En este asunto creo que los españoles hemos sido históricamente bastante autodidactas.

En mi adolescencia gané el campeonato de adolecer de sentido común y me aboné a las camisas militares por fuera del vaquero roído y a las chapas de las juventudes socialistas, la joven guardia roja, la liga comunista revolucionaria y la bandera republicana. Esto último tocaba especialmente las pelotas de algunos compañeros de clase de los Salesianos de Triana pero curiosamente gustaba a mi profesor de sociales. Seguramente de él saqué mi afición por la historia y un notable de nota final en bachiller. Tengo que decir que lo mejor de la Joven Guardia Roja era su secretaria general, una mujer guapísima llamada Pina López Gay, responsable yo creo de la masiva afiliación masculina a semejante formación política. Después pasó lo que pasa siempre, la fichó el partido en el gobierno y le dio un cargo de Secretaria de Cooperación con Iberoamérica y ahí se acabó su historia revolucionaria y la de la Joven Guardia Roja.

Hasta que llegó la hora de votar. Yo lo flipaba, me encantaban los mítines, las caravanas electorales, los carteles, las banderas, pegatinas, gorras, y lo que más, los conciertos que se organizaban (Tabletom, Triana, Veneno, concursos de nuevos grupos,…). Lo del discurso político, los programas electorales, el puedo prometer y prometo, la verdad me interesaba poco.
Pero si había algo que me ponía de verdad era lo del “Otan no, bases fuera”. No hacía mucho que la guerra de Vietnam había acabado y me empapé todas las pelis que pude sobre el tema (El cazador, Apocalipsis Now, la Chaqueta metálica, Good Morning Vietnam, los Campos del Silencio, entre otras). Camisetas del Ché, conciertos de Kilapayún, Pablo Milanés, Solidaridad con Chile, Nicaragua, libertad para el pueblo saharagüi, Palestina. Dejé de beber Coca Cola, aún hoy ni la pruebo; hamburguesas? Puag, por favor, viva el pepito de lomo. En fin, en medio de esta cruzada antiimperialista, al bueno de Felipe González le da por apoyar la permanencia de España en la OTAN. Pues sabes qué te digo, que hasta luego Lucas. Voté NO y ahí acabó mi paso por los colegios electorales.

Es evidente que el tiempo ha pasado, y se supone que he evolucionado (esto habría que contrastarlo). Pero hay algo que sigue igual de clavado en el mismo sitio: mi desconfianza absoluta hacia la clase política. Si que es verdad que se ha ido enriqueciendo el saco de motivos y argumentos que sustentan esta posición personal y he llegado incluso a descojonarme de algunos de los motivos, pero hay determinadas situaciones que hacen que mi mofa tenga visos de tristeza y me haga pensar que poca solución tiene el sistema. Como muestra, un botón y con esto ya termino la sesión de hoy de batallitas. Esto viene en la prensa de hoy:
Un diputado californiano se ha visto obligado a dimitir después de la difusión a través de internet de un vídeo en el que cuenta sus aventuras extraconyugales, en pleno debate parlamentario. El republicano Mike Duvall, que ignoraba que su micrófono estaba abierto, se dedicó a relatar sus confidencias íntimas a su vecino de escaño y a confesar los gustos de sus amantes por los azotes.Y Duvall prosigue con su relato, completamente ajeno a que sus comentarios se estaban escuchando y que tenía el micrófono abierto: "Me gusta darle. Ella me dice: 'Sé que te gusta azotarme'. Y yo le digo: Sí porque eres muy mala".

Como dice ese anuncio de Aquarius que me gusta tanto: “el ser humano es extraordinario”.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Mi cumple

No creo en la vejez. Es un estado de la mente (Mick Jagger). El poder de la mente sobre la materia (Cocodrilo Dundee). Me retiraré como Mudy Waters, cuando caiga muerto (Keith Richards).

Se acerca mi cumpleaños.Pues sí, se acerca mi cuarenta y siete cumpleaños y quiero comunicar a todos mis amigos, amigas, familia, pibón y demás especies a las que tengo una especial admiración y cariño, que el próximo día 19 vamos a darnos una buena cenorra bajo las estrellas, si no se nubla o llueve. Lo regaremos como corresponde y soplaremos alguna velita como manda la tradición, mas allá de las 12 porque mi cumple de verdad es el 20.

Dicho esto, voy a continuar buscando citas de personajes ilustres que a pesar de los años, tampoco están tan mal, no? En fin, mi padre decía que él no era viejo, que lo que estaba era un poco usado. Y claro, digo yo que lo usado es lo que más se aprecia y si no, que se lo digan a mi navaja multiusos que me compré en el pabellón de Suiza de la Expo 92 y que aunque despuntada, aún conservo y uso para comer más de una vez.
Sabéis cuál es el cambio más profundo que he notado con el paso de los años? Pues muy fácil mi tendencia a contar batallitas. Es normal que mis hijos se mofen de mí cuando me pongo a contarles cosas de cuando tenía su edad, cuánto daño está haciendo a mi generación la jodida serie de la tele "Cuéntame". Pero lo peor es que me lo noto. He desarrollado una rara habilidad para verme desde fuera como si fuera un espectador más cuando cuento cosas y muchas veces reconozco que puedo ser un verdadero coñazo. Es más, he notado que hasta me repito.
Así que he decidido utilizar la técnica de los demagogos que rigen nuestros destinos y controlan nuestras carteras (me refiero a los políticos): lanzar un globo sonda. Una técnica científica utilizada para ver qué pasa sin tener que desembarcar de golpe con todos tus efectivos y correr el riesgo de cagarla a lo grande. En resúmen, ser un poco más reservado y dejar que el ritmo de las conversaciones vaya por donde quiera y depende de para dónde vaya soltar o no la batallita.
Será mi propósito para este nuevo año de antigüedad que voy a comenzar. Al final acabaré como los famosos monos y su secreto de la felicidad: ver, oir y callar.
Por cierto, que quede claro que una de las razones por las que decidí arrancar con esta especie de cuaderno de vitácora virtual era que me sirviera como terapia para machacar lo menos posible a mis semejantes con mis batallitas. Por tanto, el que se sienta machacado que clickee en las aspas que están en la esquina superior derecha de esta pantalla y listo.
Joder, que divertido es cumplir años y hablar o escribir de lo que quieras, aunque aburras. Esta debe ser la definición perfecta de una paja mental. A lo mejor lo mando para la wikipedia. Hasta la próxima.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Mi tío Juan

Mi tío Juan, que en realidad se llamaba Antonio, se decidió a entregar la cuchara, ayer. Ferroviario durante más de 40 años, sus compañeros de la RENFE le llamaban Juan por su "parsimonia" y sus, por qué no decirlo, coone. Incluso le felicitaban por su santo, el día de San Juan, por lo de Juan Coones. A lo que mi tío respondía con un lento y musical "niño, tú por qué no te cachondeas de tu puñetera madre, eh?".
A mi tío, lo que más le podía gustar, aparte de un buen cigarrito, era una buena mesa donde comer a su ritmo. Esto incluía sentarse a las 2 de la tarde y no levantarse a lo mejor hasta las cuatro y media o las cinco después de haberse cepillado sus dos platitos, postre, café y alguna que otra tapita de entrada, el telediario, la novela y lo que se pusiera a tiro. Lo que se dice, sin prisa pero sin pausa.
Después de casi 84 años aquí y de haberse fumado hasta el estanquero por los piés hasta el último día, ha decidido no levantarse más de la siesta que ya está bueno lo bueno.
Allí donde estés, que descanses.
A la memoria de mi tío, Antonio Espinosa Justiniano.

martes, 1 de septiembre de 2009

Apología del vino

Mi amigo Alberto, que hace pocos años compró un pequeño viñedo en alguna parte de la provincia de Huelva y del que según sus palabras sale más vinagre del que desea, dice que lo que más le ha sorprendido del cultivo de la vid es la capacidad de renacer. De unas cepas que llegan durante el invierno a secarse casi completamente y a soportar temperaturas extremas, no puedes ni siquiera imaginar que comiencen a salir racimos de uva como por arte de magia y que luego en las más de las menos nos hagan regocijarnos tanto.

En una escena de la película “un buen año” de Russel Crowe, un viejo vividor y vinatero le decía a su sobrino: “un vino nunca miente, si lo haces mal, el vino se lo dirá a tu paladar".

Y cuanta razón que tiene. No tengo el conocimiento de los buenos catadores, pero poco a poco he ido educando (mas bien entrenando) la vista, el gusto y el olfato como para al menos distinguir un buen vino de otro de tetrabrick, de tanta aceptación en bordillos, parques y calles de nuestras ciudades.

Estamos en septiembre y me he suscrito a un club de vinos a través de una web (http://www.vinissimus.com/), a la que llegué buscando un vino que el pibón y yo catamos en el restaurante Huerta de la Merced de Gines, del que en otra ocasión contaré sus bondades y placeres.

Durante el mes de septiembre me vuelvo bastante receptivo a todo lo relacionado con el vino, debe ser que en este divino caldo ahogo la depresión del final del verano. Aunque es difícil no ser receptivo en esta época porque el bombardeo de información es fino (la salida de los temporeros a Francia para la vendimia en todas sus versiones de callejeros por el mundo, andaluces por el mundo, Andalucía y España Directo e imagino que todas las regiones en directo; noticias del tipo “comienza la vendimia con incertidumbre sobre el precio de la uva”, “la pisá de la uva, una fiesta con tradición”, “Se hace la vasectomía accidentalmente al intentar cortar un racimo de uva en el comienzo de la vendimia”, …)

Y no nos olvidemos que después de la vendimia y con los primeros fríos llega el mosto aljarafeño, de inolvidable recuerdo para mi amiga Mª Luz que no pierde ocasión en abandonar su amada Barcelona para “bajar” a catar y a manducar los manjares y caldos propios de la época. Del mosto aljarafeño, recomiendo con toda mi admiración este enlace a una web, paradigma de la cultura y la buena vida: http://www.apoloybaco.com/MostoSevilla.htm

Y como el que va a un entierro y no bebe vino, el suyo viene de camino y dado que recientemente no he asistido a ninguno, imagino que tampoco vendrá mal hacer un poco de tratamiento preventivo y dar buena cuenta de poción tan recomendable.

Seguiré hablando de vinos, desde de la modestia de mi disfrute y desde la humildad de un admirador de este mundo. Viva Umbrete.

lunes, 31 de agosto de 2009

Ojos que no ven, corazón que no siente (o cómo conocí a la señorita Presbicia)

Mirar en la wikipedia la definición de presbicia y ponerme a “mirar” con rictus melancólico las palomas del parque ha sido todo uno.

Casi todas las putadas de la vida vienen de una palabra griega, con todos mis respetos hacia la musaka, el yogur griego del DIA, las islas griegas, Irene Papas y el Partenón. Pero es cierto, según esta wikipedia, presbicia viene de una palabra griega impronunciable para mí: πρέσβυς que significa “anciano”.

Hay que joderse. Anciano. Mis hijos se cachondean de mí y mis amigos se encojen de hombros y me miran con resignación solidaria ya que ellos están igual o peor. Del cachondeo de mis hijos me defiendo como un jabato al grito de “cuando me ganes al tenis, hablamos” o este mucho más propio de una persona de mi edad, “cuando dejes de chupar la rueda de mi bici en las cuestas, hablamos”.

En casa y a escondidas le he ido birlando algunas gafitas de lectura a mi mujer (santo pibón donde los haya) para volver a disfrutar con la lectura de verano pero…, joder habia que seguir leyendo en la tumbona de la piscina de mi barrio. Esta ha sido mi primera prueba de fuego de verdad. Coger el libro, la toalla y las p… gafas para echar la tarde ha sido difícil pero no imposible, igual no está todo perdido. Aún me queda el paso más difícil, llevármelas a la oficina, pero seguro que para eso queda mucho… o no.

Sí que es verdad que cuando estoy con las p… gafas en el sofá leyendo ya hasta los periódicos (Diooos), siempre se me acerca el pibón y me dice lo interesante que estoy con gafas y lo que le pongo. Esto confirma mi teoría sobre la falsedad de los refranes populares, ojos que no ven (o ven poco), corazón que SÍ siente. Al menos el resto de mis sentidos hasta hoy permanecen intactos y en alerta constante.
Moraleja. Hay refranes para todo: el que no se consuela es porque no quiere.
Saludos a tod@s.

sábado, 29 de agosto de 2009

Algún día había que empezar

Y este es tan bueno como cualquier otro.

Desde que doy vueltas por la red siempre he sentido especial admiración por la gente que sabe expresarse y transmitir opiniones o vivencias aunque no interesen a nadie, en la verdadera creencia que seguro que la mayor utilidad la tiene para el que las escribe. Y esto es lo que me motiva a empezar a caminar por estos lares.
Dicho esto, es mi intención usar este blog para hablar de lo importante (entre otras cosas, de música, vinos, amigos, familia, mi pibón, mi bici, comidas, viajes, libros, vacaciones y no por este orden).
También es deseo y objetivo de este juntaletras el arrear cuantos palos virtuales pueda a lo que no me guste y haga daño a mí o a todo lo que forma parte de mi vida. Lo más divertido es que esto es una calle de doble dirección con lo que seguramente estaremos aquí para recibir los que toquen. Pues bueno, bienvenidos sean. Como dijo aquel, lo que no te mata te hace más fuerte...o no.
En fin que sean ustedes bienvenidos.